Cordón policial frente al colegio de Pozuelo donde ocurrió el tiroteo
Pierde fuerza la tesis del crimen político detrás del asesinato en Pozuelo de Andrii Portnov
El reparto entre sus hijos de la mansión que tenía en Kiev habría desvelado el paradero del magnate
El crimen del magnate y político ucraniano, Andrii Portnov, que este miércoles conmocionó Madrid y, más concretamente Pozuelo de Alarcón, tiene cada vez más tintes mafiosos y menos sombras políticas. Aunque permanecen abiertas todas las tesis, la principal hipótesis que se baraja es que se trate de un ajuste de cuentas.
De todos es sabido que Portnov, asesor prorruso del anterior presidente de Ucrania, Víktor Yanukovich, tenía abundantes enemigos que no le deseaban ningún bien. Prueba de ello es que casi nadie sabía que vivía en España, aunque hacía casi tres años que había llegado a nuestro país.
El reparto a comienzos de 2024 de su gran mansión situada en las afueras de Kiev entre cuatro de sus seis hijos con un acta notarial firmada en España desveló su ubicación. Según El Mundo, Una emisora de radio pública situó a Portnov cerca de Boadilla del Monte, donde se había firmado el traspaso de la propiedad.
El motivo de este traspaso de propiedad probablemente fuera una forma de evitar posibles embargos a raíz de las sanciones internacionales que podrían recaer sobre él.
Pero hasta ahí parece que llega toda la influencia política sobre el caso. Agentes encargados de la investigación, también el mismo Gobierno según otros medios, ven poco probable que ni Rusia ni Ucrania tuvieran especial interés en eliminar a Andreii Portnov.
Los rusos porque el magnate ucraniano era uno de los suyos y a lo largo de los años había ejercido una gran influencia rusa en Ucrania tanto con el Gobierno de Yanukovich como con el anterior de Julia Timoshenko (aunque esta no era prorrusa). Su control sobre el poder judicial ucraniano venía muy bien a los presidentes. Además, Rusia no suele utilizar sicarios, como parece el caso, sino que tira de sus propios agentes de inteligencia para acabar con los opositores.
Tampoco es estilo de Ucrania emplear sicarios. Los pocos atentados cometidos presuntamente por los servicios de inteligencia ucranianos han sido cometidos todos en Moscú. Y, lo que es más importante, a Ucrania no le conviene ponerse en contra a uno de los países, España, que le prestan un respaldo más incondicional.
De ahí que todo, incluso el modus operandi, apunte a la participación de sicarios en su asesinato, posiblemente contratados por alguna de las organizaciones mafiosas a las que, o bien Portnov debía dinero, o bien les había perjudicado en alguna de las causas judiciales en las que ejerció como abogado.