La portavoz del grupo socialista en la Asamblea de Madrid, Mar Espinar, el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, la secretaria general de la Agrupación Socialista de Madrid, Reyes Maroto y el ministro de Presidencia, Felix Bolaños
Madrid
La estrategia del PSOE de Madrid para tratar de sortear los escándalos que asfixian al Gobierno
«Que los árboles no impidan ver el bosque». Esa es la frase que, palabra por palabra, han repetido la ministra portavoz Pilar Alegría y el ministro para la Transformación Digital y Función Pública y secretario general del PSOE de Madrid, Óscar López, en los últimos días para tratar de defenderse de una semana horribilis en el Gobierno de Pedro Sánchez, con el bulo del ex agente de la UCO y el escándalo de Leire Díez a la cabeza.
Ambos ministros esparcieron la noticia falsa de que un Guardia Civil, ahora miembro del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, fantaseaba en WhatsApp con asesinar al presidente del Gobierno. Sin embargo, al conocerse la falsedad de esa información, ninguno de ellos ha querido rectificar y pedir disculpas, tal y como les exigen desde el Ejecutivo madrileño, sino que han continuado pidiendo su cese como jefe de seguridad del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).
Además, en el caso de López, ha llegado a emprender una delirante huida hacia delante asegurando que nunca dijo ninguna falsedad cuando sus declaraciones haciéndose eco del bulo no sólo están grabadas, sino que incluso a día de hoy continúan colgadas en sus redes sociales.
Pero la errática estrategia de López para tratar de salir indemne de todo lo que está ocurriendo en el seno del Gobierno y del PSOE no termina ahí. Este miércoles, tras la surrealista rueda de prensa de Leire Díez –con la aparición sorpresa de Víctor de Aldama–, el ministro acusó a Alberto Núñez Feijóo, de ser «el responsable directo de este ruido ensordecedor», como si el líder del PP tuviera algo que ver con que una militante socialista se dedicara a ofrecer pactos con la Fiscalía y la Abogacía del Estado a cambio de información comprometedora contra mandos de la UCO de la Guardia Civil.
«Esto es una Kitchen II» es otra de las máximas que han entonado tanto Alegría como López, que consideran que todo se reduce a un «ruido interesado» que ha montado la derecha coincidiendo con «los escándalos de Isabel Díaz Ayuso» y un intento por tapar «lo bien que va España» bajo la batuta de Pedro Sánchez.
Para el secretario general del PSOE, la formación está sufriendo una «guerra sucia» por parte de un PP que, liderado por Feijóo, lo único que sabe hacer es «ruido, ruido y fango, fango».
En resumidas cuentas, la estrategia de los socialistas ante todo lo que está ocurriendo, y en concreto de los de Madrid con López a la cabeza, se basa básicamente en señalar a Ayuso y Feijóo a los que, ya de paso, trata de enfrentar continuamente.
En este sentido, la portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Mar Espinar, suele aprovechar sus enfrentamientos con Ayuso los jueves en la Cámara de Vallecas para dejar caer que en lo único que piensa la líder del Ejecutivo autonómico es en «moverle la silla» a Feijóo.
Además, el PSOE de Madrid trató de tergiversar unas declaraciones de Ayuso en una entrevista el pasado martes en Telemadrid para disfrazarlas de una velada amenaza al líder de su partido.
Interrogada sobre si se planteaba intentar ser presidenta del Gobierno de España, Ayuso dejó claro que no es algo en lo que esté pensando en estos momentos y defendió que el PP tiene un presidente, que es Feijóo, que se enfrenta a una «única oportunidad para cambiar las cosas en España ante tanto deterioro». Una frase que venía a resaltar el trascendental momento que atraviesa el país y el callejón sin salida que supondrían cuatro años más de sanchismo tras las elecciones generales que, en principio, se celebrarán en 2027. Sin embargo, los socialistas trataron de darle la vuelta como si Ayuso le estuviera diciendo a Feijóo que era su «última oportunidad».