Vista aérea de la parcela que se está desamiantando en la calle Doctor Esquerdo de Madrid
Madrid
La historia de la guerra vecinal contra la retirada de amianto de una macroparcela de Retiro
Las obras de desamiantado en el número 138 de la calle Doctor Esquerdo de Madrid emprendidas por el Ayuntamiento han movilizado a los vecinos
Después de la Segunda Guerra Mundial, el amianto, un material natural extraído de la tierra con alta resistencia al calor y a la corrosión, se hizo muy popular en la construcción. Su bajo coste y su resistencia a altas temperaturas y productos químicos contribuyeron a su expansión. Aislamiento térmico, insonorización, fabricación de tuberías y de depósitos de agua... todo llevaba amianto en los años cincuenta, comercializado bajo los nombres de uralita y fibrocemento.
Sin embargo, todo lo que tenía de beneficioso para la construcción lo tenía también de tóxico. Se calcula que entre 1994 y 2008, en España murieron cerca de 4.000 personas por enfermedades vinculadas de forma directa con el amianto. Así las cosas, desde 2002 es un producto prohibido en España y se ha ido retirando poco a poco en los supuestos que establece la legislación vigente.
En este contexto, el Ayuntamiento de Madrid comenzó el pasado lunes los trabajos para demoler una antigua nave municipal de 8.000 metros cuadrados que contiene amianto, ubicada en el número 139 de la calle Doctor Esquerdo, en el distrito de Retiro de la capital, donde va a levantarse un nuevo polideportivo.
Unas obras que han puesto en pie de guerra a los vecinos de la zona que, aunque defienden la retirada del amianto con el que se han visto obligados a convivir durante más de 40 años, consideran que la forma en la que ha procedido el Consistorio de José Luis Martínez-Almeida no ha sido la adecuada.
En primer lugar, critican la falta de información a los vecinos antes del inicio de las obras. En este sentido, las asociaciones vecinales de Retiro Norte, Los Pinos Retiro Sur y Hacenderas, denuncian que las personas que habitan en la manzana afectada por las obras únicamente contaron con un papel informativo firmado por las empresas que ejecutan las obras 72 horas antes de su comienzo. Algo que, opinan, les dejó sin margen para ser informados debidamente sobre los riesgos y las medidas de seguridad.
Vista aérea de la parcela que se está desamiantando en la calle Doctor Esquerdo de Madrid
Otra de las cuestiones que censuran estos vecinos de Retiro es la fecha escogida para la realización de los trabajos. El hecho de que se estén realizando en pleno verano, apuntan, hace que, debido a la sequedad del aire, las partículas permanezcan más tiempo en suspensión y se dispersen con mayor facilidad. «Los vecinos no pueden hacer un uso seguro de sus jardines y piscinas y deben tener las ventanas cerradas en pleno mes de julio», lamentan, al tiempo que afean al Ayuntamiento no haber realizado una evaluación sobre la existencia de personas mayores dependientes que puedan vivir solas en la manzana.
Por todo ello, exigen la paralización inmediata de las obras hasta que se puedan reanudar en un momento climático más conveniente, que se aseguren las mediciones necesarias para garantizar la salud de los vecinos y que se establezca una comisión de seguimiento semanal, abierta a todos los residentes y asociaciones, para supervisar el proceso y mantener una comunicación transparente.
La postura del Ayuntamiento
Por su parte, desde el Ayuntamiento rechazan paralizar las obras, que previsiblemente tendrán una duración de tres semanas, porque son «seguras» y no hay ninguna razón «objetiva» para ello, puesto que, tal y como han constatado los técnicos, la concentración de amianto en el entorno de las obras no super el límite de exposición ambiental legal.
Además, en una reunión el pasado miércoles de los vecinos con la responsable del Área de Obras y Equipamientos del Consistorio, Paloma García Romero, accedió a su reclamación de crear una comisión de seguimiento de los trabajos de carácter semanal.
Por su parte, la alcaldesa de Madrid en funciones, Inma Sanz, trasladaba ayer «tranquilidad» a los vecinos porque, insistió, «se cumplen todos los permisos y garantías de seguridad». Asimismo, informó de que la empresa que se está encargando de las obras es quien se ocupa de un 10 % del desamiantado en la Comunidad de Madrid y, por tanto, es una empresa segura y solvente.