Una persona siendo tatuada en el 'Tattoo Show Argentina' en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).

Imagen de archivo de un tatuajeEFE

Sucesos

Detienen a un tatuador en Madrid por una presunta agresión sexual a una clienta

El hombre presuntamente habría introducido sus dedos en la vagina de la mujer, quien afectada recogió sus cosas y salió corriendo

un tatuador de Móstoles está siendo investigado por un presunto delito de agresión sexual a una clienta. La mujer denuncia que el hombre le habría introducido los dedos en su vagina mientras que este estaba realizándole un tatuaje en la pierna. Tal y como informa El Confidencial, tras lo sucedido, la clienta completamente afectada agarró sus cosas y se fue, dejando el tatuaje a medias.

La mujer de 32 años cuenta en su declaración ante la Policía que el hombre ya llevaba «bastante tiempo tatuando» cuando se dio cuenta de que «una de sus manos se aproximaba mucho hacia la zona genital, llegando a rozar» la vagina. Ella relata que hasta ese momento no se trataba de algo «excesivamente descarado», lo que le llevó a pensar que podían ser «imaginaciones» suyas y continuó sin mencionar nada.

La clienta, quien estaba en ropa interior de la cintura para abajo, seguía esperando la finalización del tatuaje que llegaba hasta el comienzo de la pierna y en un momento sintió «una presión en la vagina», llevándola a pensar que el sujeto «pudiera estar introduciendo sus dedos». Momento en el que la víctima quedaría «bloqueada».

Según detalla la denunciante, «en un momento dado, él se cambió de lado, se puso de frente y directamente introdujo sus dedos, en dos ocasiones, en el interior de la vagina». Ante esto, ella «sobresaltada» le preguntó por qué había hecho eso. En su versión: «él enseguida paró y comenzó a disculparse diciendo que había sido un error, que él no era así, que le disculpara y que terminaría el tatuaje».

Después de eso, la clienta cuenta que el tatuador le dijo que no se preocupase del precio del trabajo, a lo que la mujer no le haría caso, recogería sus cosas y se iría corriendo.

El tatuador le había pedido fotos

Los hechos dieron lugar el 14 de abril. La mujer, de nacionalidad española, habría elegido ese establecimiento situado en Móstoles por la recomendación de su peluquera, cuyo hermano trabajaba allí. No obstante, esta sería atendida por otro hombre también español, a quien no le conocía.

En un primer momento, a ella le pareció «extraño» que el tatuador le pidiera 100 euros de adelanto y una foto de su muslo en el que se iba a hacer el tatuaje. Siendo que en las otras veces que se había tatuado, nunca le habían pedido fotos.

Después de la presunta agresión, la víctima llamaría a su hermana para contarle lo sucedido y mencionarle que quería estar con su madre. Tras comentarle, su hermana y el padre de la mujer se moverían hacia el lugar de tatuajes, con el propósito de verificar si el hombre continuaba en el local antes de llamar a la Policía.

Según comenta la hermana como testigo en una declaración judicial, el detenido también se habría disculpado ante ellos: «Que no, que ha sido un error, me he confundido, ha sido todo un accidente, lo siento mucho». Ella no creería en la respuesta y comenzaría a recriminarle afirmando que él sabía lo que hacía y asimismo dudaba que fuera la primera vez. «Que sí, que es la primera vez», aseguraba el hombre.

La víctima afectada psicológicamente

El tatuador sería arrestado por «consumación de un delito de agresión sexual», donde se le tomarían las huellas. Después, el hombre llamaría a su mujer y solicitaría un abogado de oficio. En este momento, fuentes conocedoras afirman que el detenido cambió de abogado y ahora niega los hechos que se le imputan.

En cuanto al acusado, se trata de una persona sin antecedentes por delitos sexuales, de tez morena, 1,70 metros de estatura, barba larga y un pendiente del que colgaba una cruz. Por otra parte, la investigación del caso ha sido liderada por los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la comisaría de la Policía Nacional de Móstoles, mientras que el caso depende del Juzgado de Instrucción número 1 de Móstoles.

Finalmente, la Policía llamaría a la mujer para preguntarle si quería denunciar, además de recomendarle que fuera por un parte médico. A lo que la denunciante tomaría acción e iría al Hospital Universitario de Móstoles junto a su hermana y de dos agentes de paisano. El resultado arrojó que su cuerpo no reporta heridas en la vagina o el cuerpo, pero sí confirma que la paciente está «muy afectada psicológicamente» por los sucesos.

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