Edificio de la calle de las Hileras en Madrid
Madrid
¿Qué es un forjado y por qué puede colapsar en un edificio antiguo?
Este martes, 7 de octubre, un edificio se ha derrumbado en la calle de las Hileras, cerca de Ópera
Este martes, 7 de octubre, un edificio de la calle de las Hileras, cerca de Ópera, en Madrid, ha colapsado al ceder hasta seis forjados. Según fuentes policiales, actualmente hay cuatro desaparecidos y un herido que ya ha sido trasladado al hospital.
Al lugar de los hechos se desplazaron agentes de la Policía Nacional y Municipal, once dotaciones de Bomberos y personal de emergencias perteneciente a la zona centro de Madrid.
Vecinos del área relataron que «se cayó el edificio y no nos dejan pasar». Añadieron que «el inmueble llevaba mucho tiempo abandonado y estaba en obras; habían instalado una grúa enorme en el andamio. Me habían dicho que iban a hacer un hotel».
Qué es un forjado
Un forjado es el elemento estructural horizontal que separa las diferentes plantas de un edificio y que soporta el peso de personas, muebles, tabiques e instalaciones. Su función es transmitir esas cargas a los pilares o muros, garantizando la estabilidad del conjunto. En la práctica, constituye el «suelo» resistente de cada planta y puede estar construido con distintos materiales, como hormigón, acero o madera, según la época y el tipo de edificación.
Los forjados de hormigón armado son los más comunes en la construcción moderna, mientras que en los edificios antiguos abundan los forjados de madera o metálicos. En estos últimos, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento pueden provocar un deterioro progresivo que afecte a su capacidad estructural. La humedad, las filtraciones de agua o los ataques de insectos xilófagos en la madera son causas habituales de debilitamiento.
Un forjado puede ceder cuando pierde resistencia o rigidez, ya sea por deterioro de los materiales, sobrecarga, errores de construcción o modificaciones en la estructura original. También puede verse afectado si los cimientos del edificio sufren movimientos o asentamientos, lo que altera el reparto de fuerzas. En todos los casos, el riesgo aumenta cuando un inmueble permanece abandonado o sin un mantenimiento adecuado.
Las señales de aviso suelen manifestarse a través de grietas, hundimientos, deformaciones o sonidos inusuales, especialmente si existen filtraciones o humedad persistente. Ante cualquier indicio de fallo estructural, los técnicos recomiendan desalojar el inmueble y apuntalar la zona afectada mientras se evalúa su estado, ya que el colapso de un forjado puede comprometer la estabilidad del edificio completo.
El colapso suele ser consecuencia de una combinación de factores: envejecimiento de los materiales, humedad, falta de mantenimiento y alteraciones en la estructura original. Por ello, los expertos subrayan la importancia de las inspecciones periódicas y de las intervenciones de refuerzo o rehabilitación, especialmente en edificios antiguos en obras o sin uso, para evitar tragedias como derrumbes parciales o totales.