Diez balnearios de España para relajarse en plena naturaleza

Para que un espacio termal sea considerado un balneario debe cumplir dos requisitos: estar ubicado cerca de un manantial y que sus aguas sean minero-medicinales. Los que se citan a continuación además se emplazan en un entorno privilegiado: valles y montañas en los que es posible respirar el aire más puro.

Balneario de La Hermida (Cantabria)

Rumbo a la comarca de Liébana, a las puertas de los Picos de Europa, en Peñarrubia. Es ahí donde se ubica La Hermida, que da nombre también a un impresionante desfiladero, una garganta de más de veinte kilómetros horadada por el río Deva. Junto a él se emplaza este balneario, abastecido por tres manantiales cuyas aguas brotan a 60 grados. Desde la cafetería del hotel, con terraza, se obtienen las mejores vistas del entorno (balneariolahermida.com).

Balneario de Panticosa (Huesca)

Una angosta carretera conduce hasta este histórico balneario a más de 1.600 metros de altitud, en el Alto Gállego, en el valle del Tena del pirineo oscense. En una pradera que rodea el Ibón de Baños, lago natural donde nace el río Caldarés, se alzan dos hoteles y todas sus instalaciones. Entre ellas, las Termas de Tiberio, desde cuya piscina exterior podremos observar las estrellas sumergidos en agua termal (panticosa.com).

Puente Viesgo (Cantabria)

Las cualidades termales del manantial de este famoso balneario situado en la margen derecha del río Pas ya eran conocidas por los vecinos en el siglo XVIII, que disfrutaban de ellas en las antiguas casas de baños. Nada que ver con el Templo del Agua que hoy nos recibe con sus cascadas, camas de burbujas, jacuzzi y sauna (balneariodepuenteviesgo.com).

Balneario de Tus (Albacete)

Paz y relax no les faltarán a quienes visiten este balneario, al que las aguas del río Tus ponen frescor y rumor de fondo. De su manantial bebe la piscina termal, con acceso a una poza fría exterior con cascada. Si nos vamos de excursión, ¡nos preparan la comida! ¿Qué tal unas migas? (balneariodetus.com)

Las Caldas Villa Termal (Asturias)

A solo ocho kilómetros de Oviedo, en la ribera del río Nalón, en torno a un manantial ubicado junto a la antigua Casa de Baños de 1776. Hoy ese lugar lo ocupa el Balneario Real, con una sala de columnas que alberga una piscina de flotación que nos transportará a la época clásica. También reminiscencias pasadas tiene Aquaxana, un espacio wellness cuyo diseño se inspira en el panteón de Atenas. Cuenta con una piscina climatizada exterior (lascaldasvillatermal.com).

Balneario de Sicilia (Zaragoza)

Con jacuzzis, cascadas y columnas de chorros a diferentes alturas, la piscina termal, ubicada en una cueva natural, es el principal reclamo de este balneario, enclavado en el valle de Mesa, en Jaraba, a solo 17 kilómetros del Monasterio de Piedra y el fantástico entorno verde que lo rodea. Entre sus instalaciones destaca un baño japonés con un inmenso ventanal abierto a un campo de lavanda (balneariosicilia.com).

Vilas del Turbón (Huesca)

Caminar hasta el barranco de la Torcida, Fuente Canals o incluso el Pico Turbón son algunas de las rutas que podrán seguir quienes decidan pasar unas vacaciones en este balneario situado a 1.437 metros de altitud, en el Pirineo, y que ofrece una combinación perfecta: agua, relax y montaña. Es el manantial de la Virgen de la Peña del que brotan las aguas de las que se nutren las instalaciones, entre ellas la cueva termal (balneariovilasdelturbon.com).

Balneario de Elgorriaga (Navarra)

En el norte de Elgorriaga, una pequeña población del noroeste navarro, en la zona de Baztán-Bidasoa, emerge una extensa finca en la que se encuentra uno de los manantiales de más fuerte mineralización del mundo. Junto a él se alza este balneario, a los pies del monte Mendaur, al que podemos ascender antes de sucumbir a alguno de los reponedores tratamientos o paquetes experienciales que nos propone. Desde las habitaciones y suites del hotel se contemplan unas sensacionales vistas (balnearioelgorriaga.com).

Termas Pallarés (Zaragoza)

Su elegante arquitectura evoca el glamour de los balnearios del siglo XIX. La joya del lugar es su lago termal, único en Europa, que se nutre de varios manantiales situados en su fondo cuya agua mana constantemente a 32º. Con una profundidad máxima de dos metros, es idóneo para nadar y aprovechar así sus beneficiosos efectos. Situado en Alhama de Aragón, el balneario cuenta con tres hoteles y un completo circuito termal (termaspallares.com).

Caldes de Boí (Lérida)

Fue en el siglo XVIII cuando comenzaron a ser estudiadas las propiedades de las aguas de los 37 manantiales de Caldes de Boí, de las que ya disfrutaron en sus tiempos los romanos. Hoy pueden hacerlo quienes se acerquen al balneario de esta localidad tranquila situada a 1.500 metros de altitud, junto al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio y de localidades como Taüll. Cuenta con dos hoteles, Manantial y Caldas, construidos siguiendo los cánones de la arquitectura de montaña, y con un gran centro termal (caldesdeboi.com).