Preciosa cascada en otoño sobre el río Arazas en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Una de las rutas más bellas de España, perfecta para hacer con la llegada del otoño
Es uno de los lugares más espectaculares que nos regalan los Pirineos de Huesca, una postal que en nada tiene que envidiar a los grandes parques nacionales de países como Estados Unidos o Alemania. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es el segundo Parque Nacional declarado como tal en España (1918) y es también Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. En esta reserva natural manda el macizo de Monte Perdido (3.355 metros), con las Tres Sorores, cimas desde donde derivan los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín.
Con la llegada del otoño, los árboles del valle de Ordesa se transforman en una explosión de color, pasando del verde intenso al rojo, ocre y dorado
Con la llegada del otoño, los árboles del valle de Ordesa (hayedos y bosques de arce, fresno y serbal), se transforman en una explosión de color, pasando del verde intenso al rojo, ocre y dorado. Caminar rodeados de esta paleta de colores vibrantes es una experiencia visualmente única que no se puede tener en ninguna otra estación.
En otoño además las temperaturas son mucho más suaves y agradables, con días suelen soleados impregnados del aire fresco y limpio de la montaña, lo mejor para una caminata y la ausencia de las tormentas de verano hace que el clima sea más predecible.
¿Más razones para que el otoño sea perfecto? El número de visitantes disminuye significativamente en comparación con la temporada alta de verano (y se encuentra aparcamiento con mayor facilidad) y el caudal de los ríos y las cascadas es perfecto. El deshielo primaveral ya ha pasado y las fuertes lluvias del invierno aún no han llegado, por lo que el caudal del río Arazas y de las cascadas es el ideal, ni demasiado caudaloso ni demasiado escaso. Porque es ahí adonde llega esta ruta, a una cascada, la más famosa de este Parque Nacional por su belleza y su nombre evocador: la Cola de Caballo.
Cascadas y prados
Familia de senderistas en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
La Ruta de la Cola de Caballo comienza en la Pradera de Ordesa, a la que se accede desde el cercano pueblo de Torla-Ordesa, puerta de entrada al parque. Desde allí, un sendero bien señalizado remonta el valle siguiendo el curso del río Arazas, que va mostrando al caminante una sucesión de bonitas cascadas y saltos de agua.
Gradas de Soaso en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Las cascadas de Arripas, La Cueva y El Estrecho son las primeras en aparecer, con su particular estruendo que resuena en las paredes del valle. Más adelante, se deja atrás el bosque y comienzan los prados, y el paisaje se abre en el circo de Soaso, donde las Gradas de Soaso, una serie de caídas escalonadas, dibujan uno de los tramos más fotogénicos de la excursión.
Larga y de dificultad media
Cascada Cola de Caballo, el objetivo final de esta ruta.
Tras unas seis o siete horas de caminata (ida y vuelta), se alcanza finalmente la Cascada de la Cola de Caballo, un salto de más de 50 metros que se desploma con fuerza en un rincón de postal. La distancia total que se recorre en ambos sentidos es de 17 kilómetros con una dificultad media, apta para familias; la ruta no presenta un gran desnivel distancia, pero su longitud sí requiere cierta resistencia de mayores y de pequeños.
Senderismo en el Valle de Ordesa.
Para disfrutar al máximo de la belleza bestial de esta ruta en otoño, con sus bosques de hayas a tope de cromatismo y el abundante caudal de las cascadas ejerciendo su efecto hipnótico, hay que tomar las debidas precauciones e ir bien preparado. Porque en otoño los días se acortan y las temperaturas bajan a medida que se asciende; también el terreno puede estar húmedo o resbaladizo. Calzado de montaña, ropa de abrigo en capas y algo de comida y agua son imprescindibles. Merece la pena madrugar para iniciar la ruta con calma y aprovechar la luz de la mañana, ideal para la fotografía.