Los privilegios y deberes que tiene Rafa Nadal como marqués de Llevant de Mallorca

El reconocimiento no fue casual ni protocolario: la concesión del título de Marqués de Llevant de Mallorca es un homenaje que va mucho más allá del tenis. Se premia una trayectoria marcada por la humildad, el esfuerzo y un compromiso constante con su tierra natal.

Aunque pueda sonar a otra época, los títulos nobiliarios en la España actual tienen un carácter puramente honorífico. No otorgan privilegios legales ni económicos, pero sí un tratamiento protocolario, que en este caso es el de «Ilustrísimo Señor». Solo si en algún momento se le concede también la Grandeza de España, el tratamiento subiría a «Excelentísimo».

Además, el título es hereditario. En el futuro, lo podrá ostentar su hijo, Rafael Nadal Perelló, nacido en 2022. El pequeño es fruto del matrimonio con María Francisca Perelló, con quien se casó en 2019 tras más de una década de relación. A ella muchos la llaman la «primera dama del tenis mundial», y no es para menos: discreta, cercana y elegante, ha estado siempre al lado del deportista. Actualmente está embarazada de su segundo hijo, y cuando llegue el momento, también este podrá formar parte de la línea sucesoria del título.

Desde ya, Mery Perelló (como es conocida públicamente) pasa a ser marquesa consorte de Llevant de Mallorca, lo que le otorga el derecho a usar ese tratamiento en contextos institucionales o sociales, aunque sin obligaciones oficiales.

Lo más llamativo de esta distinción es que no existía previamente: fue creado expresamente por el Rey Felipe VI para esta ocasión. Es, literalmente, un título a medida, vinculado con la comarca mallorquina de Llevant, donde se encuentra Manacor, ciudad natal del homenajeado. Una región que, en su día, formó parte del entramado político de la Corona de Aragón y que hoy conserva un fuerte valor simbólico para los habitantes de la isla.

La decisión se anunció mediante un Real Decreto, firmado por el ministro de Justicia y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), como exige el protocolo. Y aunque el título sea simbólico, recibirlo no es gratuito: el trámite para su inscripción y sucesión conlleva un coste fiscal que, según el caso, puede oscilar entre los 800 y los 17.000 euros. En el caso de títulos sin Grandeza como este, el coste habitual ronda los 800-1.000 euros.

Lo que implica heredar un marqués

Por otro lado, ostentar un título nobiliario como el de Marqués de Llevant de Mallorca implica ciertos compromisos simbólicos: representarlo con dignidad en actos públicos, proteger su uso legítimo, gestionar correctamente su transmisión hereditaria y asumir las tasas fiscales asociadas a su sucesión. Aunque no otorga privilegios legales, sí exige respeto por su valor histórico y responsabilidad en su conservación.

La distinción llega en un momento clave para Rafa: poco después de anunciar su retirada definitiva del tenis profesional, tras dos años marcados por las lesiones. Su despedida fue seguida de homenajes y mensajes de agradecimiento en todo el mundo, pero su influencia no termina ahí. A través de la academia que fundó en Manacor, la labor de su fundación solidaria, y su implicación en momentos críticos —como las inundaciones de 2018, cuando abrió sus instalaciones a los damnificados y donó un millón de euros—, ha demostrado que su compromiso va mucho más allá del deporte.

Nadal se une así a la lista de españoles reconocidos con títulos nobiliarios en tiempos recientes. Entre ellos, destacan figuras como Tamara Falcó, actual marquesa de Griñón, o el cantante Bertín Osborne, quien ostenta el título de conde de Donadío de Casasola. Títulos que, como el de Nadal, no otorgan privilegios, pero sí una carga simbólica y representativa muy potente en el imaginario colectivo.

¿Puede revocarse?

Sí. Aunque se trata de una distinción honorífica, la Corona conserva la facultad de revocar un título nobiliario si considera que el comportamiento del titular compromete su dignidad. Así lo demostró el Rey Felipe VI en 2015, al retirar el título de duquesa de Palma de Mallorca a su hermana, la Infanta Cristina, tras el escándalo judicial del caso Nóos. Por tanto, aunque estas distinciones no implican poder efectivo, sí están sujetas a un escrutinio moral y público, y pueden retirarse si se vulneran los principios que justificaron su concesión.