El emotivo abrazo de Juan del Val con sus padres, Fernando y Mari Ángeles

Ha sido, sin duda, un año para recordar para Juan del Val. El escritor ha puesto el broche de oro a 2025 tras ganar el Premio Planeta con Vera, una historia de amor, un título que ha conectado con miles de lectores y lo ha situado en uno de los momentos más sólidos de su carrera. Al éxito del galardón se ha sumado una intensa gira de firmas iniciada en noviembre en Vigo y que ha recorrido distintas ciudades españolas hasta llegar a su última parada, el domingo 21 de diciembre en Madrid, en la Casa del Libro.

Allí se vivió una escena que resume bien cómo termina este año tan especial. La librería estaba llena, la cola parecía no acabarse nunca y Juan del Val firmó durante más de tres horas y media sin parar, pese al frío y al cansancio. Entre los primeros lectores que esperaban su turno había dos personas que no pasaron desapercibidas: sus padres, Fernando y Mari Ángeles, colocados discretamente en la fila como un lector más.

Las imágenes captaron un instante de cercanía en medio del bullicio. Juan se detuvo para dar un beso largo y cariñoso a su madre y, a continuación, abrazó a su padre, que a sus 89 años no quiso faltar a una cita tan importante para su hijo. Poco después, el propio escritor lo resumía en redes sociales con palabras muy claras. «Ha sido muy emocionante. Estoy feliz de que me duelan los dedos. Y la sorpresa más bonita ha sido ver a mis padres los primeros de la fila esperando para que les firmase unos cuantos Veras para regalar en Navidad. Qué orgullo de su orgullo». Entre los mensajes de felicitación destacó el de su mujer, Nuria Roca, que celebró el momento con entusiasmo. «¡Qué locura, Juan! ¡Enhorabuena!».

Detrás de esa escena hay una historia familiar marcada por el compromiso. La madre de Juan del Val, Mari Ángeles, de 83 años, es una figura muy reconocida por su labor social. Nacida en Sorihuela del Guadalimar, en Jaén, lleva más de cuatro décadas dedicada a la reinserción social de presos y exreclusos. En los años ochenta fundó APROMAR, Asociación Pro Recuperación de Marginados, un proyecto nacido en el barrio madrileño de Puente de Vallecas que no ha dejado de crecer.

A día de hoy continúa al frente de la asociación, visita centros penitenciarios, coordina voluntarios y dirige programas de apoyo a personas que salen de prisión sin recursos ni red familiar. Su trabajo constante le ha valido el apodo de la abuela de los presos y se rige por una premisa clara que ella misma ha repetido en numerosas ocasiones: no juzgar a nadie.

Junto a ella ha estado siempre Fernando del Val. A sus 89 años, sigue siendo uno de los grandes pilares de la familia y un apoyo decisivo en el día a día de la asociación. Durante décadas se ha encargado de trámites, acompañamientos a juzgados, gestiones administrativas y atención directa a las personas atendidas, siempre desde un segundo plano y sin buscar protagonismo.

Esa unión quedó reflejada también el pasado mes de octubre, cuando Juan del Val recogió el Premio Planeta y dedicó el galardón a sus padres con una frase reveladora. «Espero que esta noche estéis un poquito más orgullosos de mí, con los años que os he dado yo».

En el ámbito más personal, el escritor forma parte de una familia muy reservada. Sus padres tuvieron tres hijos, aunque solo él mantiene una presencia pública constante. Sus hermanos, Fernando y Mari Nieves, han optado por la discreción y una vida alejada de los focos.