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La actriz Nuria EspertGDG

Nuria Espert a sus 90 años: medalla, teatro y una única nieta


Ha sido distinguida con la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña, un reconocimiento a toda una vida dedicada al teatro y al compromiso cultural

A sus 90 años, Nuria Espert sigue siendo una mujer profundamente ligada al escenario y a la vida. Con la serenidad de quien ha recorrido un largo camino y la energía intacta de quien aún mira al futuro, la gran dama del teatro acaba de sumar un nuevo reconocimiento a su trayectoria: la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña, un homenaje que distingue no solo su talento artístico, sino también su compromiso con la cultura y los valores cívicos.

La distinción fue entregada por el president Salvador Illa, que definió a Espert y a Joan Manuel Serrat como «dos catalanes universales» y referentes de la memoria colectiva. En el caso de la actriz, fue su nieta Bárbara Lluch quien recogió la medalla en su nombre.

Desde su casa, Nuria quiso agradecer el galardón a través de un vídeo en el que confesó sentirse especialmente honrada por compartir este reconocimiento con Serrat: «Siento mucho no haber podido asistir, pero estoy segura de que mi nieta os transmitirá mi emoción».

La actriz Nueria EspertGTRES

Feliz y, sobre todo, activa. Porque si algo define a Nuria a sus 90 años es que sigue pegada al teatro. No habla de retiradas ni de despedidas. Continúa preparando proyectos y recogiendo premios como el Max de Honor 2024. Ella misma lo explica sin dramatismos: trabajar es lo que la mantiene viva.

Barrio obrero

Nacida en 1935 en el barrio obrero de Santa Eulàlia, en L’Hospitalet de Llobregat, creció en una familia humilde. Su padre era carpintero y su madre, Bienvenida, trabajaba en una fábrica y no sabía leer ni escribir, aunque, como siempre ha recordado la actriz, «pensaba maravillosamente». Fue poco tiempo al colegio y empezó muy joven en el teatro, casi como un juego que terminó convirtiéndose en un regalo. Tenía 19 años cuando su vida dio un giro decisivo: la actriz principal de Medea enfermó durante una gira y decidieron darle una oportunidad. Aquella sustitución improvisada la convirtió en actriz para siempre.

Nuria Espert con doña SofíaJesus Briones

Desde entonces, su carrera ha sido imparable. Más de 80 montajes teatrales, una decena de películas y nueve óperas avalan una trayectoria que ha pasado por Yerma, El rey Lear, los grandes clásicos y la vanguardia más arriesgada. También hubo momentos difíciles. El cansancio y la exigencia la llevaron a una depresión profunda, de la que salió gracias al apoyo de su entorno y de una médica a la que siempre recuerda con gratitud. Incluso recientemente, en 2024, tuvo que apartarse temporalmente de los ensayos de Todos pájaros, de Wajdi Mouawad, tras sufrir un episodio de vértigo, una pausa obligada que no ha cambiado su forma de entender el trabajo.

En lo personal, es madre de dos hijas, Alicia Moreno, empresaria teatral y exconcejala de Bellas Artes del Ayuntamiento de Madrid, y Nuria Moreno, bailarina. Durante años compartió su vida con el actor y director Armando Moreno, su gran apoyo personal y profesional. Fue él quien confió en aquella actriz muy joven y creó una compañía teatral con la que llegó pronto el éxito. Tras su fallecimiento en 1994, Nuria volvió al escenario al día siguiente, fiel a su manera de entender el teatro y la vida.

La actriz Nuria EspertGTRES

Hoy, además del trabajo, disfruta especialmente de su nieta. Entre ellas ocupa un lugar muy destacado Bárbara Lluch, una de las pocas directoras de escena en España, que ha sabido construir su propio camino profesional. Tras una breve etapa como actriz, decidió alejarse de la interpretación y pasó más de una década en el Covent Garden de Londres como ayudante de dirección, donde consolidó una carrera sólida y una voz propia, lejos del peso del apellido familiar.

La laureada actriz vive en Madrid, en un piso situado frente al Palacio Real, rodeada de libros y con el teatro siempre presente. Desde allí ha seguido de cerca la vida cultural del país y ha mantenido, a lo largo de los años, un respeto sereno por la Casa Real. Aunque nunca se ha definido como monárquica, ha expresado en varias ocasiones su admiración por la Reina Sofía, a quien ha descrito como una mujer inteligente, discreta y profundamente comprometida con la cultura. Con más de setenta años de trayectoria, ha ganado numerosos premios y reconocimientos.