Aristide Briand, político francés, primer ministro durante la Tercera República Francesa
Hace 100 años en El Debate
29 de diciembre de 1921: cuando el laicismo crecía en Francia
El 29 de diciembre de 1921 el periódico El Debate se hacía eco de un problema creciente en la República de Francia: el del avance del laicismo.
Según el artículo de primera plana, Francia cuenta con un problema religioso que se hace notar especialmente en dos acontecimientos: «uno es el manifiesto del nuevo partido católico de Alsacia; otro, el discurso de Briand ante la Comisión parlamentaria de Negocios Extranjeros acerca de las Congregaciones misioneras».
El artículo ahonda en que el principal problema de las regiones de Alsacia y Lorena no es tanto secesionista como religioso, ya que son dos territorios profundamente católicos. «Durante los cincuenta años que estuvieron sometidas a un pueblo protestante, Alemania, gozaron de mayor libertad religiosa que la que ahora tienen bajo la administración de la católica Francia», continúa el texto.
Tras el surgimiento de una agrupación política alsaciana, la Asociación Popular Nacional, el Gobierno galo consideraba que pretendía realizar una reclamación nacionalista, cuando su aspiración era la de defender la libertad religiosa: «Somos adversarios resueltos de las leyes laicas y exigimos el cumplimiento integral de las promesas hechas por el Gobierno y ratificados por el Parlamento», explicaba su manifiesto. Por ello, por propugnar el acabar con las leyes laicas, los partidos de izquierdas arremetieron contra esta agrupación.
El segundo problema del laicismo en Francia tenía que ver, según El Debate, con los artículos sobre las Congregaciones misioneras, escritos y promulgados por Briand. «Ahora bien, las vocaciones religiosas no se estimulan por medio de decretos. Necesitan una preparación muy anterior, que no puede proporcionar, ni mucho menos, la escuela laica», defiende El Debate, que concluye que el hecho de que Francia hubiera cedido a los evangelizadores extranjeros las misiones y hubiera visto reducirse el número de sus misioneros era una prueba más del creciente laicismo de Francia.
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