La momia de doña Urraca «la Asturiana»
Doña Urraca, una reina «corpulenta» y «obesa» según revela su momia
El sarcófago de la monarca, ubicado en la catedral de Palencia, ha sido abierto para su restauración
A principios del siglo XVI los restos de una soberana que había vivido cuatro siglos antes fueron descubiertos en la catedral de Palencia. Correspondían a doña Urraca «la Asturiana», hija ilegítima de Alfonso VII de León, llamado «el Emperador» (1126-1157). Ahora, su sarcófago ha sido abierto para su restauración tras formar parte en la exposición Renacer, uno de los actos programados por el cabildo para celebrar los 700 años de la colocación de la primera piedra de la catedral gótica el 1 de junio de 1321.
Para su exposición, los expertos descendieron el féretro en madera policromada de la cornisa elevada en la capilla del Sagrario de la catedral, su emplazamiento habitual y a donde ha regresado tras una pequeña intervención y reparación con la intención de frenar el deterioro y garantizar su futura estanqueidad.
Tal y como informó este lunes la diócesis de Palencia, su restauración ha permitido documentar fotográficamente el estado de la momia de la reina doña Urraca, ya que la única fotografía existente hasta ahora era la realizada el 11 de diciembre de 1896, durante una sesión científica que se celebró a instancias de la Real Academia de la Historia.
«La momia de doña Urraca medía un metro y seiscientos veintidós milímetros –lo que indica que era una mujer alta para su época–, tenía los brazos cruzados sobre la cintura, las manos eran pequeñas y finas y las piernas rectas y fuertes, su cara ovalada, con ojos no muy grandes y la barbilla redonda y pequeña», detalló en aquella sesión científica el doctor Francisco Simón Nieto, quien realizó el examen de los restos.
Pero «lo que más llamaba la atención eran los extensos perímetros torácico y abdominal, especialmente el último, con relieves tan acentuados, que permiten asegurar la corpulencia y obesidad de esta señora», continuó Simón Nieto. Algo que contrasta con sus delicadas manos y pies.
La Reina de Asturias
Nació en Aller, Asturias, en 1133, fruto de una relación entre el Rey Alfonso VII de León y la noble Gontrodo Pérez. Poco tiempo después de nacer fue trasladada a la corte para ser educada por su tía paterna, Sancha Raimúndez, propietaria del Infantado. Siendo todavía una niña, Urraca se casó con el Rey de Navarra, García Ramírez, de más de 40 años de edad. De aquel enlace fruto de un acuerdo político entre su padre y su marido, nacería una hija, Sancha Garcés. El historiador
Seis años después, en 1150, Urraca quedaba viuda por lo que decidió entonces volver a su tierra natal con el beneplácito de su hermano quien la nombró Reina de Asturias. Instalada en el palacio de Alfonso el Casto en Oviedo, Urraca dedicó su vida a gestionar las tierras donadas por su padre y ayudó a fundar instituciones religiosas.
Hacia 1163 se casó en segundas nupcias con Álvaro Rodríguez de Castro, con quien protagonizaría un intento de independencia del reino de Asturias, rebelión que fue abortada por su propio hermano, Fernando II, Rey desde la muerte de su padre, en 1157.
Restauración
Antes de volver a su emplazamiento habitual, la restauradora de arte Celia Rosa García ha realizado algunas reparaciones en el sarcófago. Para ello se extrajo el ataúd interior con tapa de cristal que acoge los restos de doña Urraca, cubiertos con un sudario blanco y un manto de seda azul, regalo que hizo la Reina Isabel II cuando contempló la regia momia el 4 de febrero de 1865.
Más tarde, la restauradora procedió a los trabajos de desinsectación y protección contra los xilófagos, reposición de faltas en la tablazón del fondo, refuerzo y consolidación.
Terminada esta intervención, el sarcófago y el ataúd, fueron trasladados por separado a la capilla del Sagrario y, una vez allí, tras la introducción de la urna con tapa de cristal en el interior del féretro, operarios de la empresa adjudicataria de las obras que actualmente se realizan en la catedral, procedieron al izado hasta su emplazamiento definitivo.
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