Cuando Alemania rehizo su ejército tras la Segunda Guerra Mundial y nació la Bundeswehr

El Telón de Acero partió Europa en dos y también a la propia Alemania, la potencia derrotada en la Segunda Guerra Mundial. El inicio de la Guerra Fría convenció a EE. UU. y a la OTAN, recién formada, de la necesidad de forjar unas nuevas fuerzas armadas alemanas en la reconstituida Alemania Federal (Occidental). La Bundeswehr fue creada el 5 de mayo de 1955 dentro del espíritu democrático, abandonando el modelo prusiano y exaltando el ejemplo del conde Von Stauffenberg y sus cómplices.

El patrocinio político partió del canciller democristiano Konrad Adenauer, que contó con el apoyo del diputado liberal Hasso von Manteuffel, quien propuso el nombre de Bundeswehr.

El retirado general von Manteuffel estuvo al mando de la división de élite Großdeutschland y terminó la guerra al frente del 3.º Ejército Panzer. Fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes. Otro de los principales impulsores fue Franz-Josef Strauss, segundo y más longevo ministro de Defensa de la RFA, líder de la Unión Cristiano-Social —el partido conservador de Baviera—, quien había sido oficial instructor de artillería y de educación nacionalsocialista en la escuela de defensa aérea de Baviera.

Adenauer encargó un informe para la reconstitución del poder militar alemán bajo liderazgo estadounidense a su asesor para Asuntos Militares y de Seguridad, el general der Panzertruppe, Graf von Schwerin. Sin embargo, este chocó con algunos militares retirados que seguían considerando a los responsables de la operación Walkiria como simples traidores.

Von Schwerin quería militares limpios de nazismo. Además, su posible implicación en crímenes de guerra en Francia lo desacreditaba ante sus compañeros, aunque estaba protegido por la CIA, para la que trabajaba. Posteriormente fue despedido por Adenauer y acabó siendo asesor de política de defensa del FDP.

El informe fue redactado por 15 generales y almirantes; la mitad de ellos tuvieron mando en el nuevo ejército, mientras que otros fueron rechazados, como el contraalmirante Eberhard Godt, por su cercanía al gran almirante Karl Dönitz. Había sido jefe del Departamento de Operaciones hasta el final de la guerra. El trabajo creativo de la Bundeswehr estuvo a cargo de Adolf Heusinger (1897-1982), quien en 1940 se convirtió en jefe de Operaciones del Estado Mayor del Ejército y, en 1944, con el rango de teniente general, fue jefe interino del mismo. Más tarde fue sospechoso de participar en un complot contra Hitler y fue arrestado, aunque luego liberado por los aliados. En 1950, Heusinger se convirtió en asesor militar del canciller Adenauer. Fue el primer inspector general de la Bundeswehr y llegó a presidir el Comité Militar de la OTAN.

El otro gran responsable fue el teniente general Hans Speidel (1897-1984). En 1944, era jefe del Estado Mayor del Grupo de Ejércitos «B». Cómplice en el intento de asesinato de Hitler, fue castigado únicamente con siete meses de prisión. En 1955, fue nombrado jefe del Departamento de las Fuerzas Armadas del Ministerio Federal de Defensa, y entre 1957 y 1963 fue comandante de las fuerzas terrestres de la OTAN en Europa Central.

Otro elemento clave fue el general Reinhard Gehlen, jefe de la División Este del Ejército Extranjero del Estado Mayor durante la guerra. En la posguerra ofreció su colaboración a la OSS, antecedente de la CIA. La Organización Gehlen fue la base del BND, el servicio de inteligencia de la RFA, y contaba con un millar de colaboradores en los países bajo ocupación soviética, subordinados a la CIA.

El general Hermann Foertsch fue subdirector de Gehlen y después del BND. Su hermano menor, Friedrich Foertsch, fue subcomandante supremo de las Fuerzas Armadas de la OTAN en Europa e inspector general de la Bundeswehr, aunque estuvo unos años en un gulag acusado de crímenes durante el asedio a Leningrado.

La Bundeswehr fue formada por antiguos jefes de cuerpo y división durante la guerra. Así, el puesto de inspector de las fuerzas terrestres fue ocupado por el general Hans Röttiger, quien en 1943-1944 fue jefe de personal del Grupo de Ejércitos «A». El inspector de la Fuerza Aérea fue el general Joseph Kammhuber, comandante de la 5.ª Luftflotte en el sector norte del frente oriental en ese mismo periodo. En 1957, los 44 generales y almirantes que prestaron juramento procedían de la Wehrmacht. De los 14.900 soldados profesionales que componían el cuerpo de oficiales en 1959, 12.360 habían sido oficiales de la Wehrmacht y 300 de las Waffen-SS.

Otros fueron buscados por sus cualidades durante el conflicto, como el coronel Erich Hartmann, con 352 victorias aéreas, o Erich Topp, comandante de submarinos condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble y Espadas, quien en 1958 fue oficial de Estado Mayor del Comité Militar de la OTAN en Washington. Johannes Steinhoff, uno de los pilotos más reconocidos de la aviación militar, fue jefe del Estado Mayor y comandante de las Fuerzas Aéreas Aliadas de Europa Central (1965-1966), jefe del Estado Mayor de la Luftwaffe (1966-1970) y presidente del Comité Militar de la OTAN (1971-1974).

Para evitar extremismos, los antiguos oficiales, a través del asociacionismo, exigieron no ser marginados, para evitar caer en la miseria. A cambio, figuras de gran influencia moral como «Panzermeyer», mítico general de la división Hitlerjugend de las Waffen-SS, mantuvieron un perfil bajo en lo político, limitaron su actividad a la defensa de pensiones y pidieron el voto para la CDU de Adenauer, evitando vínculos con formaciones radicales. Por el contrario, antiguos oficiales conservadores contrarios al nazismo sí participaron en organizaciones nacionalistas de corte conservador.