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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a Pedro Sánchez en el G-20EFE

57 días de guerra

Biden ratifica la irrelevancia de Sánchez al excluirle de todas sus reuniones con los líderes europeos

El estadounidense dejó al presidente del Gobierno fuera de todas las cumbres europeas que convocó para abordar la guerra de Ucrania

La primera videoconferencia del presidente Joe Biden con los líderes europeos fue el 7 de diciembre del año pasado, poco después de que el líder estadounidense conversara telemáticamente con Vladimir Putin para advertirle sobre las consecuencias que sufriría si invadía Ucrania.
Entonces, el club selecto lo conformó Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. «El presidente Biden adelantó a los líderes sobre su llamada con el presidente Putin, en la que discutió las serias consecuencias de una acción militar rusa en Ucrania y la necesidad de reducir la escalada y regresar a la diplomacia», indicó la Casa Blanca en un comunicado.
El lunes 24 de enero, el mandatario estadounidense se jactó de una «unanimidad total con todos los líderes europeos» poco después de terminar una segunda videollamada de este tipo con líderes aliados de Europa y la OTAN.
Sin embargo, no todos los jefes de Estado y de Gobierno de Europa estuvieron en la videollamada de ese día y por supuesto Pedro Sánchez tampoco estuvo en ese segundo encuentro telemático. Los que sí estuvieron, repitiendo la primera videoconferencia, fueron el británico Boris Johnson, el alemán Olaf Scholz, el francés Emmanuel Macron, el italiano Mario Draghi y el polaco Andrzej Duda.

Los contactos de Biden tras la invasión

Una vez iniciada la invasión, el lunes 21 de marzo, Biden discutió la «brutal» ofensiva de Rusia en Ucrania en una conversación telefónica con sus aliados europeos preferidos. La Casa Blanca dijo que el presidente estadounidense fue el anfitrión de la llamada, en la que de nuevo participaron Macron, Scholz, Draghi y Johnson, aunque con la ausencia puntual de Duda.
Los cinco líderes de este formato transatlántico (EE.UU., Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia) se reunieron presencialmente pocos días después en la Cumbre de la OTAN en Bruselas, tras la cual, el 29 de marzo, acordaron en una segunda llamada telefónica seguir castigando con sanciones a Moscú por su invasión de Ucrania, según confirmó la Casa Blanca.
La irrelevancia internacional de Sánchez quedó confirmada hace un par de días, cuando se conoció que Estados Unidos y la Unión Europea lograron un «amplio consenso» para aplicar «nuevas sanciones» contra Rusia.
De nuevo, en esta tercera videoconferencia o quinto encuentro a distancia (si incluimos las llamadas) solo participaron Biden, Macron, Johnson, Scholz, Draghi y de nuevo se incorporó el polaco Duda.
En esta última cumbre telemática con Biden, también participaron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg. Fue la propia von der Leyen la que confirmó el encuentro y sus acuerdos por medio de un tuit: «Reforzaremos aún más nuestras sanciones contra Rusia e intensificaremos la ayuda financiera y de seguridad a Ucrania», escribió.
Desde hace meses, diplomáticos europeos y políticos estadounidenses han señalado la poca confianza que genera el Ejecutivo español liderado por Sánchez y sus aliados de extrema izquierda de Podemos. Basta con recordar la indiscreción o torpe filtración de la propuesta occidental a las demandas de seguridad de Putin, que fueron hechas públicas en un diario español para sorpresa de los aliados de la OTAN.