Estados Unidos ha bombardeado, este jueves, instalaciones de grupos cercanos a la Guardia Revolucionaria de Irán en el este de Siria como represalia por la muerte de un contratista del Ejército horas antes en un ataque con un dron de fabricación iraní, según ha informado el Pentágono en un comunicado.
El ataque contra el personal estadounidense tuvo lugar en una base de la coalición cerca de Hasakah, en el noreste de Siria. La Inteligencia norteamericana concluyó que el dron de ataque unidireccional era de origen iraní. Un incidente que podría agravar aún más las ya tensas relaciones entre Washington y Teherán.
Aunque las fuerzas estadounidenses destacadas en Siria han sido blanco de ataques de aviones no tripulados en otras ocasiones, las víctimas mortales son extremadamente raras. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseguró que los ataques de represalia se realizaron bajo la orden del presidente Joe Biden y tuvieron como objetivo instalaciones utilizadas por grupos afiliados al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (IRGC).
«Los ataques aéreos se llevaron a cabo en respuesta al ataque de hoy, así como a una serie de recientes ataques contra las fuerzas de la Coalición en Siria por parte de grupos afiliados al IRGC», declaró Austin en un comunicado. «Ningún grupo atacará impunemente a nuestras tropas», añadió.
La televisión estatal iraní Press TV aseguró que ningún iraní había muerto en el ataque y citó fuentes locales que negaban que el objetivo fuera un puesto militar alineado con Irán, pero sí que fueron alcanzados un centro de desarrollo rural y un centro de cereales cerca de un aeropuerto militar.
Las tropas estadounidenses han sido atacadas por grupos respaldados por Irán unas 78 veces desde principios de 2021, según el general del Ejército Erik Kurilla, que supervisa las tropas estadounidenses en Oriente Medio como jefe del Mando Central.
La coalición internacional está presente en varios puntos de la demarcación administrativa controlados por sus aliadas Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdos con la que colabora en la lucha contra los remanentes del Estado Islámico.
El río Éufrates divide a grandes rasgos Deir al zur en dos partes: una controlada por las tropas leales al presidente sirio, Bachar Al Asad, y sus aliados; y otra en manos de las fuerzas kurdosirias, con presencia de Washington y sus socios.
En las áreas gubernamentales, están desplegadas milicias proiraníes que apoyan a Damasco y que de tanto en tanto atacan objetivos estadounidenses o de la coalición en la provincia, a veces resultando en fuego cruzado entre las partes.