Yuan Lee, disidente chino
Entrevista con Yuan Lee, disidente chino
«Los espías chinos tienen mucho poder en España con nueve comisarías clandestinas»
Yuan Lee es un hombre joven, sonriente. Con esa educación cordial que tan asimilada tenemos al cliché de lo que implica ser chino.
Un hombre también discreto, que asegura que la localidad donde nació es un «pueblo pequeñito» e insignificante, de apenas dos millones de habitantes, y que por eso «ni siquiera aparece en los mapas».
Llegó a España para estudiar en una universidad madrileña, y su contacto con la vida de esta civilización –tan distinta de la oriental– le cambió la mirada, de modo que resolvió acogerse al sistema occidental de libertades.
Es uno de los muchos disidentes chinos que residen en nuestro país, y se destaca por su contundente crítica a la colaboración que las instituciones europeas mantienen con el régimen comunista que triunfó gracias a Mao Zedong, y que arrambló con la cultura y sabiduría tradicionales.
–¿Por qué viene usted a España y decide quedarse?
–Yo era bastante buen ciudadano cuando vivía en China, básicamente, porque no conocía mucho la política.
Me ofrecieron una beca para estudiar el último año de universidad en la Politécnica de Madrid. A lo largo de ese curso me di cuenta de cuál era la forma sana, real, auténtica de vivir la democracia y la libertad.
Ese año aprendí tantísimas cosas que tomé una decisión: quedarme en España. Fue una nueva etapa de mi vida, entré en contacto con la sociedad española, y aprendí una palabra muy importante: impuestos.
Somos nosotros quienes pagamos impuestos para alimentar al gobierno. En China no existe la palabra impuesto porque nunca sabemos que estamos pagando impuestos. Según los dictados de la educación que recibimos en China, el gobierno chino nos salva y tenemos que agradecer a nuestro gobierno que nos dé la comida.
–¿De qué manera se produce es cambio de percepción y de forma de pensar?
–En China muchas personas consideran que están de acuerdo con el Partido Comunista. Piensan que eso los exime de riesgos.
Sin embargo, como dijo Mao Zedong en su momento, «el pueblo chino es un pueblo muy noble, muy bueno, solamente un 5 % son malos».
En consecuencia, hay que buscar a ese 5 % de «personas malas» y ofrecer la lista de las «personas malas» al gobierno, para que las elimine o las represalie.
Aunque tú siempre estés de acuerdo con el Partido Comunista, la lucha no tiene fin. Lo hemos visto mediante la aplicación de la política de «cero Covid». Pongo el caso de mis padres, que no me ven desde hace unos siete años.
Yuan Lee, en el Congreso sobre Víctimas del Comunismo
Yo quería que ellos vinieran a España a visitarme, ya que yo no puedo volver a China. Cuando mis padres fueron a pedir un pasaporte –que en España es un derecho básico, fundamental–, se lo denegaron.
Tener un pasaporte en China es un lujo, y un visado hacia un país democrático es otro privilegio. Salir de China nos cuesta, no es fácil. Y el control no sólo es físico, también es control mental.
Todos los medios de comunicación emiten propaganda y nos generan la sensación, desde pequeños, de que hemos nacido en el país más seguro y más feliz del mundo. Me acuerdo de que, de pequeño, lo primero que aprendí en el colegio era: «Somos chinos, amamos China y amamos al Partido Comunista chino, que nos han salvado a todos».
–¿Qué sucede al salir de China?
–Hay chinos que llegan como turistas a España, a Europa, hacia otros países. Cuando llegan y ven a chinos disidentes, chinos que están en contra del Partido Comunista chino, les cuesta entenderlo.
También conozco amigos chinos que llevan unos años aquí, viviendo, trabajando. Pero les cuesta entender, cambiar la percepción, porque no hablan español y siempre están en círculos chinos, leen en chino, miran noticias en chino. Para cambiar de mentalidad, hace falta salir de tu zona de confort, de tu círculo.
–¿Cómo ejerce China su poder o su influencia en los demás países? ¿Hasta qué punto hay empresas o gobiernos europeos que estén manejados por el Partido Comunista chino o por empresas que dependen del régimen?
–No hay que ser fanático en este tema, igual que sucede con quienes se preguntan acerca del origen del virus [Covid], porque los chinos somos otras víctimas. Pero sí existe un gran porcentaje de agentes comunistas entre los lobbies chinos, y espías chinos que trabajan para la embajada china en Madrid.
Hay más de trescientas asociaciones chinas en España. Todas están controladas por la embajada, por el consulado. Incluso la asociación de estudiantes chinos que estudian en la Universidad Complutense o en otras universidades.
Hay que prohibir Huawei y apps como TikTok en el uso público, porque afectan a la seguridad de España como nación
En lo referente a las empresas, no olvidemos el caso de Huawei. No estoy en contra de la marca Huawei, no estoy diciendo que haya boicotear la marca. Pero China no es un mercado libre y toda empresa china está obligada, por ley, a ofrecer los datos de sus usuarios al gobierno chino «para proteger la soberanía del país».
Por lo tanto, existe un riesgo de espionaje. Huawei es una empresa estatal china con trasfondo militar; su consejero delegado, Ren Zhengfei, era un ingeniero de telecomunicación del Partido Comunista chino.
Si eres un ciudadano español, y no puedes permitirte otro móvil, no pasa nada, pero yo creo que en el uso público hay que tener cuidado. Es lo que ha hecho Estados Unidos. Hay que prohibir Huawei o apps chinas como TikTok en el uso público, porque afecta a la seguridad de la nación.
Yuan Lee en el congreso 'Voces por la libertad'
–También habla usted de espías chinos.
–Sí. Los espías chinos tienen mucho poder acá. En España hay nueve en comisarías clandestinas chinas: tres en Madrid, tres en Barcelona, dos en Valencia y una en Santiago. Pero es muy difícil investigarlas.
Toda empresa china está obligada a ofrecer los datos de sus usuarios al gobierno chino
Yo he llamado para preguntarles cuál es la función de estas comisarías. Según el cónsul chino en Barcelona, la única función de estas comisarías consiste en prestar servicios consulares, por ejemplo, renovación del carnet de conducir.
Así que llamé, y les pregunté si me podían ayudar a renovar mi carnet de conducir. Me dijeron que no, que no prestaban este servicio, y tengo que volver a China para gestionar la renovación de pasaporte.
Somos muchísimos los disidentes chinos a quienes este asunto nos preocupa, porque afecta a nuestra seguridad y a nuestros derechos. Nosotros somos testigos vivos y queremos contar esta historia, y no quieren que desde Occidente nos escuchen.
–¿Cómo funciona China en su economía y en su gobierno?
–China es un miembro de la Organización Mundial del Comercio, y desde 2001 los productos de China acceden al mercado libre con un precio muy bajo, y una calidad muchas veces pésima.
Parece que la economía de China cada vez es más abierta y pretende atraer inversores. Pero en China sólo hay un partido, que es el Partido Comunista.
En España hay nueve comisarías clandestinas chinas
Xi Jinping ha eliminado toda fuerza alternativa dentro del Partido, y en su equipo de gobierno no hay profesionales, sino gente de su confianza, y eso le impide gestionar el país, porque no cuentan con la información correcta sobre lo que está pasando en el mundo. Xi Jinping está viviendo en su mundo paralelo.
–¿Queda en China algo de su cultura tradicional?
–Isabel Díaz Ayuso ha dicho que el secreto del éxito en la economía de la Comunidad de Madrid consiste en no hacer nada.
El gobierno de la Comunidad de Madrid está aprendiendo de la sabiduría de la antigua China
Es algo parecido a lo que dice Lao Tse en su libro Tao te Ching: «Hasta más arriba ya no existe». Es decir, el mejor gobierno es un gobierno cuyo pueblo no nota su existencia, es un gobierno que no molesta.
De manera que el Gobierno de la Comunidad de Madrid está aprendiendo de la sabiduría de la antigua China, mientras que Xi Jinping está en un camino [«tao» significa «camino»] de locura, porque ha abandonado la civilización de los 5.000 años. China ha abandonado todo el espíritu y la esencia de su civilización milenaria, y está en un camino de barbarie.
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