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Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

Alarma en Corea del Sur: un autogolpe que ha vuelto a dejar al mundo en vilo

La inestabilidad política del país asiático añadía el peligro de un nuevo incendio bélico en un mundo de conflictos

Actualizada 04:30

Los manifestantes que participan en una marcha contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se dirigen a la oficina presidencial en Seúl

Manifestantes en una marcha contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, en SeúlAFP

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, sorprendió al país este martes al declarar la ley marcial en el país por primera vez en más de 40 años. La drástica medida de Yoon, anunciada en un programa de televisión nocturno, mencionaba a «fuerzas antiestatales» y una real amenaza de Corea del Norte.

Pero pronto quedó claro que no había sido impulsada por amenazas externas, sino por sus propios problemas políticos.

Fue la portavoz del Partido Democrático, Ahn Gwi-ryeong, quien se convirtió en una de las heroínas de la noche más salvaje de la historia reciente de Corea del Sur. Ante la cámara, Ahn intentó arrebatar el fusil de asalto de la mano de un soldado fuertemente armado que había desfilado con sus tropas frente al edificio de la Asamblea Nacional. Luego, Lee Jae-myung pidió a sus diputados del Partido Democrático que se reunieran en el Parlamento para votar en contra de la declaración.

La decisión del mandatario provocó una reacción popular y provocó que miles de personas se reunieran en el Parlamento en protesta, mientras que los legisladores de la oposición acudieron rápidamente para impulsar una votación de emergencia para bloquear la ley marcial, que implicaría un Gobierno militar temporal.

Miles de personas acudieron al llamado y se apresuraron a reunirse frente a un Parlamento, fuertemente custodiado donde gritaban: «¡No a la ley marcial! ¡No a la ley marcial!».

El presidente Yoon actuó de forma desesperada, por estar asediado por los ataques políticos de la oposición. Por eso declaraba la ley marcial, bajo la excusa de «aplastar a fuerzas antiestatales que han estado causando estragos». Eso puso a los militares en primera línea, lo que desencadenó el despliegue de tropas y policías en el Parlamento, donde se vieron helicópteros aterrizando en el techo de la Asamblea Nacional.

El ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Yong Hyun, ofreció, horas después su dimisión, y pidió disculpas a los surcoreanos «por causar tanta confusión y preocupación» con la aplicación de la ley marcial, medida que también ha motivado una moción de destitución en su contra por parte de la oposición.

El ministro puso su cargo a disposición del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y se mostró dispuesto a «asumir la responsabilidad por todos los asuntos relacionados con la ley marcial», a través de un comunicado publicado por el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano. Para exculpar a los mandos militares declaraba: «Todos los soldados que cumplieron con sus deberes relacionados con la ley marcial siguieron las instrucciones del Ministerio, y toda la responsabilidad recae sobre mí».

Yoon justificó la imposición de la ley marcial en una declaración televisada diciendo que era para proteger el «orden constitucional» y debido a actividades «antiestatales», de las que acusa al principal bloque de la oposición, el Partido Democrático (PD), al que también calificó de «fuerzas favorables a Corea del Norte».

La consecuencia ha sido que los seis partidos de la oposición han abierto este miércoles una moción parlamentaria para destituir a Yoon, mientras que el mencionado PD presentó otra iniciativa similar contra el ministro de Defensa. Las fuerzas opositoras consideran a ambos responsables de vulnerar la Constitución por haber aplicado la ley marcial sin motivos suficientes.

Esta noticia ha conmocionado al mundo, habida cuenta de la altísima tensión existente entre las dos Coreas, un punto caliente del planeta. La Guerra de Corea comenzó el 25 de junio de 1950, y tras tres años de conflicto, se firmó un armisticio que aseguró el cese total de las hostilidades y estableció la zona desmilitarizada, pero, aunque el armisticio sigue vigente, nunca se ha alcanzado un acuerdo de paz definitivo.

Además, la agresividad de Corea del Norte ha aumentado en los últimos tiempos avivada por el nuevo orden mundial, tras la invasión rusa de Ucrania. El régimen de Kim Jong-un representa la mayor amenaza para la seguridad en la región y se ha alineado claramente con Rusia, Irán y China, frente al bloque occidental. El Gobierno de Pyongyang busca vínculos estrechos con Rusia y China para romper su aislamiento internacional y ser punta de lanza contra Occidente.

La inestabilidad política de Corea del Sur añadía el peligro de un nuevo incendio bélico en un mundo de conflictos

Habiéndose reavivado la guerra de Siria, con la toma de Alepo, por parte de insurgentes yihadistas, la inestabilidad política de Corea del Sur añadía el peligro de un nuevo incendio bélico en un mundo de conflictos.

Kim Jong-un, desde enero, amenaza con que «Corea del Sur será destruida» para infligir, al mismo tiempo, «una derrota inimaginablemente aplastante a estados Unidos».

Además, el despliegue de tropas de Corea del Norte en apoyo a las fuerzas rusas en Ucrania, algo que Estados Unidos y Ucrania han constatado, confirman la creciente amenaza. También, medios como Bloomberg informaban de que, según fuentes anónimas, se cree que Pyongyang podría llegar a desplegar hasta 100.000 soldados en el conflicto de Europa. Por supuesto, Moscú y Pyongyang no han respondido directamente a ninguno de estos informes.

Corea del Norte parece tener una de las fuerzas armadas más grandes del mundo, con 1,28 millones de soldados activos, pero, a diferencia del ejército ruso, el Ejército Popular de Corea (KPA, por sus siglas en inglés) no tienen experiencia en combate.

Este contexto internacional justifica la alarma global que ha creado la crisis de Gobierno en Corea del Sur y la instauración de una ley marcial. Por suerte todo parece haber queda en un susto que responde a una crisis de Gobierno interna.

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