El sospechoso, Christian Brueckner, y Madeleine McCann, que desapareció en 2007
El caso Madeleine McCann, a punto de resolverse: hallan el disco duro del principal sospechoso con información clave
La Policía alemana asegura que el material encontrado demuestra que la menor murió poco después de desaparecer en Portugal, en 2007
dieciocho años después, el caso de Madeleine McCann podría estar a punto de dar un giro inesperado tras el hallazgo de un disco duro en una antigua fábrica adquirida por Christian Brückner, principal sospechoso de la desaparición de la menor. Este podría ser la última pieza para completar el puzle sobre el paradero de Madeleine.
El dispositivo, encontrado por la Policía alemana en 2016 gracias a la alerta de un perro rastreador, contiene material digital que las autoridades consideran decisivo para concluir que Madeleine McCann murió poco después de desaparecer en Praia da Luz, en Portugal, en 2007.
Los agentes han descrito el material que contiene este disco duro, y que nunca antes se había hecho público, como «profundamente preocupante», y han asegurado que prueba la obsesión de Brückner por los menores.
Entre los objetos descubiertos en esta fábrica abandonada que compró por 20.000 libras (23.000 euros) en 2008, tan solo un año después de la desaparición de Madeleine, había ropa de niños, juguetes, máscaras, productos químicos y armas.
Tras este último hallazgo, la Policía alemana afirma que tiene pruebas físicas, pero no forenses, de que Madeleine estaría muerta. Aunque se muestran reacios a acusar directamente a Brückner sin las pruebas forenses necesarias para poder ser condenado en Alemania, según informó el tabloide británico The Sun.
Madeleine tenía tan solo tres años cuando desapareció de un complejo de apartamentos en el que se encontraba de vacaciones con su familia en Praia da Luz (Portugal). Desde entonces, el caso no se ha podido resolver y se desconoce el paradero de la menor.
Este último descubrimiento se produjo por casualidad en 2016, cuando un perro llevó a la Policía a una supuesta tumba en la propiedad de Brückner. Las autoridades locales descubrieron entonces una mascota muerta del sospechoso y debajo una cartera que contenía seis memorias USB y dos tarjetas de memoria con material «perturbador».
A raíz de ello, hasta cien agentes de policía iniciaron un registro completo del complejo de Neuwegersleben, en el centro de Alemania, en el que encontraron escritos de Brückner en los que detallaba su obsesión por secuestrar niños.
Además, durante los registros también se habrían topado con imágenes en las que se abusaban de menores, así como un maletín repleto de fotos de niñas de cuatro y cinco años.
