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Nicolás maduro y Donald Trump cara a cara en un montaje de David Díaz

Maduro revoca concesiones de vuelo y eleva la tensión en el Caribe: «Decidimos quién vuela y quién no»

La medida llega después del ultimátum de 48 horas que Caracas dio a las aerolíneas para retomar sus operaciones

El Gobierno dictatorial de Nicolás Maduro ejecutó este miércoles una de sus decisiones más drásticas en materia aérea: revocó la concesión de vuelo a Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol, tras acusarlas de haberse «sumado a las acciones de terrorismo» promovidas por Estados Unidos al suspender sus rutas con Venezuela. La resolución fue difundida por el Ministerio de Transporte y el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC).

La medida llega después del ultimátum de 48 horas que Caracas dio a las aerolíneas para retomar sus operaciones. Ninguna volvió a volar. Todas habían paralizado sus itinerarios tras la advertencia de la Administración Federal de Aviación de EE.UU., que pidió «extremar la precaución» sobre Venezuela y el sur del Caribe ante lo que describe como «una situación potencialmente peligrosa en la región».

Diosdado Cabello, ministro de Interior, marcó la línea a última hora de la noche: «El Gobierno nacional decide quién vuela y quién no… si en 48 horas no reanudan los vuelos, no los reanuden más. Quédense con sus aviones y nosotros con nuestra dignidad», dijo en su programa Con el mazo dando.

Por ahora, Copa, Wingo, Boliviana de Aviación, Satena, Avior y Conviasa mantienen sus operaciones. Pero el tablero sigue moviéndose. Las venezolanas Laser y Estelar anunciaron la suspensión de sus vuelos a Madrid hasta el 1 de diciembre, tras las advertencias de la Autoridad Aeronáutica de España (AESA).

Mientras el tráfico aéreo se resquebraja, Washington mantiene un despliegue creciente en el Caribe. Caracas denuncia una «amenaza» destinada a propiciar un cambio de gobierno; la Administración de Donald Trump sostiene que las operaciones buscan frenar el narcotráfico.

Bombarderos B-52H realizaron esta semana demostraciones de ataque en la región. El USS Gerald R. Ford, el mayor portaaviones estadounidense, opera cerca, y las fuerzas norteamericanas afirman haber destruido más de 20 embarcaciones supuestamente ligadas al narcotráfico, con más de 80 muertos en esas operaciones.

A este clima se sumó la voz de la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, que negó que EE.UU. haya pedido convertir su territorio en plataforma militar contra Venezuela. «No vamos a lanzar ninguna campaña contra Venezuela. Lo he dejado muy claro», afirmó, tras su reunión con Dan Caine, jefe del Estado Mayor estadounidense.

La mandataria explicó la presencia de aeronaves militares norteamericanas en Tobago como actividades de entrenamiento y asistencia logística. «Nos están ayudando con la pista. No hay tropas en tierra», aseguró, detallando que un contingente de 250 infantes de Marina abandonó el país el 25 de noviembre tras maniobras conjuntas. Tampoco confirmó presencia naval en aguas territoriales: «Que yo sepa, son aguas internacionales», indicó.

El ministro interino de Exteriores, Barry Padarath, insistió en que el país fijará «como nación soberana» su política exterior. Y calificó la visita de Caine como «de cortesía».

La Embajada de EE.UU. en Puerto España sostuvo que el objetivo es fortalecer la «unidad regional en torno a la lucha contra el tráfico ilícito».

En paralelo, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, reiteró en República Dominicana la estrategia de Washington: «Vamos a perseguir a los narcoterroristas… tenemos todo el derecho del mundo». «Si eres un narcoterrorista que quiere traer drogas a Estados Unidos, te encontraremos y te eliminaremos», agregó.

Hegseth defendió la coordinación con República Dominicana y confirmó reuniones con el presidente y el ministro de Defensa dominicanos centradas en la operación Lanza del Sur, que permitirá el uso provisional de dos aeropuertos para reforzar el combate regional al narcotráfico.