Práctico
En España el año pasado se vendieron prácticamente dos coches usados por cada coche nuevo. Esto quiere decir que el mercado de los segunda mano superó ligeramente los 1,8 millones de unidades, mientras que se matricularon algo más de 900.000 unidades nuevas.
El disparatado precio de los coches nuevos ha obligado a muchos compradores a recurrir a los vehículos usados, algo que podría incluso incrementarse en el futuro. Un tipo de vehículos que también están subiendo de precio.
El precio medio por operación en España ha rondado los 14.000 euros, con modelos como el Renault Megane, el VW Golf, el Seat Leon y Ibiza o el Ford Focus como las claras estrellas de ventas.
En este caso para pillar una buena oferta conviene dirigirse al mercado de segunda mano, pues las empresas de compra y venta de coches usados inflan los precios por dos motivos: por un lado los gastos de negocio obligan a tener márgenes mayores, lo que dispara los precios, y por otro la garantía por la que deben responder es mayor.
El problema es que la gran mayoría de los mortales no sabe diferenciar un coche en buen estado de un coche con problemas, por lo que hemos consultado a un compraventa para que nos diga algún truco que podemos aplicar y que utilice el mismo.
Antes de aplicar ningún truco, nos habla de una valoración del estado general, con especial cuidado de volante y pedales, pues si están muy desgastados significa que el coche está trillado. También es importante fijarse en el estado de la carrocería y la pintura.
Mecánicamente nos explica dos pruebas muy sencillas, por un lado hay que intentar arrancar en segunda, una verdadera prueba de fuego para el embrague. En caso de que se cale es mejor buscar otra unidad.
Por otro lado el color del humo es clave, lo ideal es que no eche humo, aunque si lo hace al arrancar en frío no pasa nada, el problema es cuando el humo es de color negro o azulado, lo que puede indicar una avería de consideración.
Para verificar el humo es conveniente permanecer en el exterior del vehículo mientras alguien sentado al volante da dos o tres acelerones que revolucionen el motor.
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