Control de la Guardia Civil de Tráfico
Tráfico
José Conde, teniente de la Guardia Civil: «Esta sustancia suele dar positivo en los controles»
Los controles de drogas y alcoholemia en carretera se han duplicado los dos últimos años, pero muchas veces no son tan precisos y fiables como parecen
Más allá de los controles de velocidad, los controles de alcoholemia y drogas son extraordinariamente habituales en carretera. Solo la DGT lleva a cabo al año más de siete millones de test de alcoholemia, a lo que habría que sumar unos 200.000 test de drogas.
La diferencia en la cantidad de unos y de otros tiene que ver con el coste del control, mientras que los controles de alcoholemia pueden decirse que son gratuitos, pues solo se gasta la boquilla que usa cada conductor, los de drogas requieren de un dispositivo específico que no es barato.
Esta es la causa de que a diferencia de las pruebas de alcoholemia, que se hacen a todos los conductores, las de drogas se hacen solo a los conductores con síntomas evidentes.
No son gratis
De hecho en la calle uno de estos test mínimamente fiables puede costarte entre 20 y 50 euros en función de su sensibilidad, dispositivos que no dan graduación respecto a la cantidad de droga consumida, sino que simplemente indican si la persona que se somete al test ha consumido drogas o no, lo que los hace muy imprecisos.
José Conde, teniente de la Guardia Civil
De hecho ante cualquier positivo en drogas la recomendación es pedir un análisis de sangre, porque lo habitual es que el test dé positivo aunque el conductor ya no esté bajo los efectos de la droga, pues puede que haya consumido hace más de una semana.
Pruebas inválidas
Se trata de un problema que está invalidando innumerables positivos en controles de drogas, un problema también para los agentes.
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Tal y como explica José Conde, teniente de la Guardia Civil, el problema de este tipo de pruebas es que «los medicamentos dan positivo en muchos controles», de hecho «los conductores que dan positivo en alguna droga suelen indicar que están consumiendo determinados medicamentos y en última instancia es el laboratorio quien decide si conduce bajo los efectos de las drogas o no».