Antigua carretera A-1, ideal como senda rural
Maravillas
Algunas carreteras españolas están tan viejas que el Gobierno va a convertirlas en monumento histórico nacional
Se pone en marcha un proyecto que verá la luz en cuatro años y que prevé la creación de sendas insólitas a partir de viejas carreteras en desuso
Según dicen los expertos, la Red Nacional de Carreteras se encuentra en un estado de abandono manifiesto. Desde la crisis de 2007 la partida de mantenimiento de carreteras se redujo al mínimo, lo que ha provocado un déficit de conservación superior a los 10.000 millones de euros.
Se trata de un abandono que afecta aún en mayor medida a carreteras de la geografía española que pueden calificarse como míticas, tanto por su valor histórico y sentimental como por el valor estético de los lugares que atraviesan.
Valor estético
Así, hace semanas que la Dirección General de Carreteras y el Ministerio de Transportes firmaron un acuerdo para poner en marcha un proyecto de cuatro años durante los cuales se analizarán centenares de tramos de carreteras que fueron abandonados en los años 80 y 90 fundamentalmente, durante el gran boom de las autopistas.
El paso de la A-4 por Despeñaperros, otra verdadera joya
Su intención es su conservación, para lo cual prevén su catalogación como carreteras de especial protección y transformarlas en rutas para el disfrute de sus usuarios, ya sea a pie con grandes sendas o en coche, carreteras slow driving en las que disfrutar del paisaje y del entorno o la gastronomía es casi tan importante como llegar.
Slow driving
Se trata de una medida que podría afectar por ejemplo al tramo de la A-1 abandonado en Somosierra, corto pero que transita por un entorno único para hacer una senda y que hoy en día se conserva como un camino de lujo con varios carriles para los lugareños.
La carretera del Pontón, N-625 que une León y Asturias, otra candidata
La A-4, popularmente conocida como la carretera de Andalucía, ofrece también un paraje insólito a su paso por Despeñaperros, con dos viejas calzadas abandonadas que serpenteaban las montañas hasta unir Andalucía con la meseta.
En este caso se trata de un proyecto que convertiría los 10 kilómetros de la variante antigua de la carretera en un verdadero paraíso como senda ciclista o peatonal y que podría incluir también dos carriles para conductores que quieran recordar viejos trayectos por una de las carreteras más atractivas de España.
Un proyecto que hace ya tiempo que se aplica en algunas naciones europeas como Francia o Portugal, donde antiguas carreteras se señalizan y rebautizan para convertirlas en focos turísticos de primer orden.