Así sería la cosa (o muy parecido)

Imagino que pudo ser así, o más o menos así (pero igual simplemente soy muy malpensado y se trató de un gesto de bonhomía espontánea de quienes hacen fiestas de homenaje a los sicarios que salen de la cárcel):

«Hola Arnaldo, antes de nada, muchísimas gracias por atenderme, que se que estos días con la campaña andas con un lío enorme. Oye, te llamo de parte de ÉL por lo que imagino que ya imaginas, valga la redundancia. La verdad es que ÉL está molesto. Me ha pedido que te dé un toque, en plan buen rollo, eh; que hablemos a ver cómo podemos resolver este follón en los mejores términos, sin que os perjudique ni a vosotros ni a nosotros, porque al fin y al cabo estamos todos en el mismo barco, ¿no? La derecha y la ultraderecha están como perros de presa con lo de los condenados por delitos de sangre de vuestras listas. Y el problema es que eso está cuajando entre la gente y nos está jodiendo bien de cara al día 28. Es una situación que no nos conviene, ni a nosotros, ni tampoco a vosotros. Sabéis bien que nunca vais a encontrar un presidente tan receptivo a vuestros puntos de vista como ÉL. A las pruebas me remito. ÉL ha dado todos los pasos. Ha cumplido todo lo pactado. Los presos ya han sido acercados y están saliendo, tal y como acordamos. Os hemos blanqueado la imagen para que seáis un partido más. Os hemos dado trato preferente. Os hemos dejado presentar leyes del Estado español en el Congreso de los Diputados. Coño, Arnaldo, ¡os hemos convertido en socios de Gobierno y el pago es que nos claváis esta puñalada a dos semanas de las elecciones! Rectificad, por favor. Nosotros ya entendemos que todo aquello queda muy atrás, que tienen derecho a presentarse, pero con el jaleo que han montado la ultraderecha y los medios fachas nos puede provocar una sangría de votos. Haced un gesto, por favor. Decid al menos que retiráis a los que tienen delitos de sangre. Nos conviene a todos. Si ÉL vuelve a ganar, la próxima legislatura os va a volver a necesitar sí o sí, a vosotros y también a Oriol, porque de lo contrario las cuentas de la alternativa progresista no salen. Y ahí se van abrir grandes posibilidades de avanzar hacia una España confederal, donde surgirán grandes oportunidades para vuestras aspiraciones, consulta incluida. Y aquí lo dejo, que tú bien me entiendes. Haced algo, por favor, Arnaldo».

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O igual no.