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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Algo será

Para mí, que esta gente tan culta, aguda e inteligente se informa de los aconteceres del mundo en la nueva taberna Garibaldi, en la que su propietario haciendo esfuerzos inhumanos, sirve las copas de 11 de la mañana a 11:15, y al que se pique que se rasque

Se habla y se escribe mucho de un tal Gonzalo Miró que ha sido contratado por TVE por sus conocimientos políticos, sociales y planetarios. No he tenido la oportunidad de conocerlo. Por sus cualidades intelectuales podría ser biznieto de Joan Miró, el genial pintor catalán de los colorines. No voy a poner en duda la grandeza del bisabuelo, pero los malintencionados afirman que él es como Gloria Fuertes en la poesía. Porque este Miró también se sabe la poesía española de memoria, y es capaz de recitar a Foxá, Alberti, Gerardo Diego y Garcilaso sin fallar en un solo verso.

Como politólogo y documentalista está a la altura de una tal Sara Santaolaya, educada en los mejores colegios ingleses aunque ninguno de ellos estuviera ubicado en Inglaterra. Se trata de una chica moderada, independiente y bastante burra, una delicia de mujer. Pero a mí, el politólogo social sostenible que me interesa es Miró. Su padrino es Felipe González, pero ya no le regala en su onomástica balones de reglamento y trenes eléctricos. Pero suplió los regalos del bisabuelo, que como buen catalán, era reacio a los obsequios. Creo que ha escrito alguna cuartilla durante su dichosa vida, y que el excelso poeta viudo de profesión, y máximo responsable del Instituto Cervantes, tiene pensado homenajearle en sus páginas como hizo Anson con los Mejores Poemas de Amor, y quiere llevárselo a Londres, y establecer un cordial clima de relaciones con la delegación de la Generalidad de la tierra de su abuelo, que Santa Gloria haya.

Y no descarten el fichaje del también politólogo y experto en explosivos Luis Tosar, que viene del cine. Creo que se ha equivocado. Días atrás escribí que España se halla a 75.000 kilómetros de Caracas, y los comentaristas afearon educadamente mi afición por añadir un 0 a la distancia. Se pide perdón y se clausura el malentendido. Lo mismo le ha tenido que ocurrir al actor y experto en bombas Luis Tosar, el del fuel del Prestige. Ha manifestado que Israel ha soltado sobre Gaza más de ocho bombas atómicas similares a las de Hiroshima y Nagasaki. Y me pregunto cómo tan afamado politólogo, aficionado al cine y siempre protagonista de un personaje malhumorado, se atreve a decir tamaña frivolidad. Ocho bombas nucleares no las asume el mundo así como así. Ahora entiendo los recelos de Perico y Begoña de visitar las zonas, miles de hectáreas, incendiadas que han arruinado a tantos españoles, mientras el Rey estaba con los suyos y Sánchez con los otros, en este caso con los andorranos, que gracias a la altura de sus montañas, se han librado de la contaminación de sus ocho bombas atómicas. Para mí, que esta gente tan culta, aguda e inteligente se informa de los aconteceres del mundo en la nueva taberna Garibaldi, en la que su propietario haciendo esfuerzos inhumanos, sirve las copas de 11 de la mañana a 11:15, y al que se pique que se rasque.

Pero una tertulia entre Miró, Santaolaya y Tosar puede salvar las cuentas de RTVE. Con Miró presidiendo, claro está, el grandísimo politólogo contratado, al fin, por Yolanda Díaz.

Mejoramos.

PD. Ayer fue un día de emociones y envidias. Gracias a todos los que habéis valorado la visita de Isabel Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, a mi casa de Ruiloba para entregarme la Medalla de Oro de la Cultura de Madrid en mi casa, ante un reducido –y calculado grupo de familiares y amigos–. No lo olvidaré. Y a los que les haya molestado, que les den por donde mejor les dan.