El tufo y el engreimiento de la señora Montero

Llevamos tiempo que el partido socialista tiene un endiosamiento con el poder que tiene a fuerza de decretos, donde su arrogancia deja en menosprecio a la mayoría de los ciudadanos, digo a la mayoría de los ciudadanos, no, no me he equivocado. Lo vemos en el día a día, tanto estamos viendo en los juzgados que, nos sobresalta las ida y venidas de los parientes y allegados de este partido que ha perdido las letras 'o' y 's' de sus siglos. Un partido que está en sus últimas fatuidades. Lleva tiempo que ha perdido el norte.

Y, si miramos el tufo y el engreimiento de la señora Montero y lo acontecido hace unos días en el Senado, nos da prueba de las manifestaciones de esta sevillana, en donde, el Senado español le ha reprobado las palabras sobre la sentencia del caso Alves, donde dice esta que, «las palabras de una víctima son suficiente para dictar una condena». Sí señora. Lo que usted diga, mande y ordene. Sí señora, el testimonio de la mujer está por delante de la presunción de inocencia, sí señora lo que usted ordene.

Además del tufo y su engreimiento, está llena de soberbia, sus airadas y rocambolescas e insensatas manifestaciones sobre los jueces, le revelan un sectarismo, donde el Senado le ha reprobado los olores podridos que salen de su boca. El oro y el ordeno hace soberbios y la soberbia hace necios.