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Cartas al director

Maremoto en Cádiz

El polifacético consejero de la Junta, Antonio Sanz, ha realizado una práctica con los servicios de emergencias para evaluar los efectos de la llegada a Cádiz de un maremoto similar al de Lisboa de 1755. Loable iniciativa, aunque le pondría algunos peros. El primero es que las capacidades de los 3.000 efectivos que simularon socorrer las poblaciones de Cádiz y El Puerto distan de las necesarias para mitigar un maremoto y el terremoto previo como el de Lisboa que dañaron más de 300 localidades y mil fallecidos en las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla.

El segundo, como en la dana, haber eludido el empleo inmediato de las FAS que podrían rescatar personas y restablecer los servicios esenciales desde un puesto de mando militar principal en el MOP del Ministerio de Defensa, otro avanzado en el CG de la Flota en Rota, otro retrasado/alternativo en la Futer de Sevilla y tres móviles sobre vehículos, un helicóptero y un navío.

Y tercero, la falta de coordinación con las administraciones de otros partidos, que evitaría que la A no niegue la ayuda a la B, que la B no ceda atribuciones a la A, y que la C no coopere con ambas. No aprendemos.