Los cardenales se despiden de sus familiares antes de entrar al cónclave

Los cardenales se despiden de sus familiares antes de entrar al cónclave

Fue unos minutos después de terminar la misa. Los familiares de los cardenales desplazados hasta Roma les aguardaron en la explanada frente a Santa Marta. No volverán a verles hasta que haya un nuevo Papa

No ha habido cámaras, ni micros ni periodistas. Se ha tratado de un encuentro breve e informal -y el último- entre los 133 cardenales electores y sus familiares desplazados hasta Roma, sus colaboradores más cercanos y algunos miembros del cuerpo diplomático, como Isabel Celaá, la embajadora de España ante la Santa Sede.

La misa Pro eligendo Pontífice acababa de concluir, y los purpurados se han dirigido desde la basílica de San Pedro del Vaticano a la residencia de Santa Marta. A lo largo de ese corto trayecto les esperaban sus allegados, que les han abrazado, saludado y deseado lo mejor para el cónclave que estaba a punto de comenzar. Ya no podrán verles ni hablar con ellos hasta que concluya: los cardenales entran a partir de la tarde de este miércoles en una incomunicación absoluta con el exterior de la que saldrán solo cuando tengan el nombre del que será el nuevo Papa.

A los purpurados se les ha visto distendidos y sonrientes, sin la nube de periodistas que les han estado persiguiendo durante estos días, y se han detenido a saludar y a hablar con sus familiares durante un rato. No han soltado prenda, por más que alguno trataba de obtener alguna confidencia de última hora que pudiera dar un pista de quién podría ser el próximo Pontífice de la Iglesia católica.

Tras departir un rato con ellos, los purpurados han ido poco a poco accediendo a la residencia de Santa Marta, situada a pocos metros de distancia, para almorzar. En la tarde les aguardaba una ardua tarea: elegir al Papa 267º de la Iglesia católica.