El Papa León XIV, en San Pedro del Vaticano, tras su proclamación
León XIV pisa con prudencia: renueva todos los cargos de la Curia hasta que escoja a sus propios colaboradores
A la espera de fijar la fecha de la Misa de inicio de pontificado, el nuevo Papa ha optado por no precipitarse en una de las decisiones más sensibles tras una elección
Los primeros gestos de un pontífice suelen ser tan simbólicos como reveladores. En el caso de Su Santidad León XIV, la prudencia parece marcar el compás inicial de su pontificado.
A la espera de fijar la fecha de la Misa de inicio de pontificado –que formaliza el comienzo público del ministerio petrino–, el nuevo Papa ha optado por no precipitarse en una de las decisiones más sensibles tras una elección: la renovación o confirmación de los altos cargos de la Curia Romana.
La maquinaria vaticana no se detiene y por ello León XIV ha dispuesto que los jefes y miembros de las instituciones curiales, así como los secretarios y el presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano, continúen provisionalmente en sus funciones donec aliter provideatur, es decir, hasta nueva disposición.
Se trata de una fórmula habitual en transiciones papales pero no por ello irrelevante. El Santo Padre ha querido reservarse un tiempo para «la reflexión, la oración y el diálogo», según afirma un comunicado de la Santa Sede, antes de tomar decisiones definitivas sobre quiénes le acompañarán en el gobierno de la Iglesia. Un primer gesto que apunta a un pontificado de escucha y de cuidado en los tiempos.
