Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS

Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDISNina Prodanova

Salud

Las políticas sanitarias limitan el acceso de los ciudadanos a las innovaciones en el ámbito sanitario

Así se refleja en el informe presentado por la Fundación IDIS «El camino a la innovación tecnológica: cartera de servicios y guías de práctica clínica»

Los cuatro pilares básicos del Sistema Nacional de Salud: equidad, cohesión, universalidad, acceso están en peligro en nuestro país. Incorporar la tecnología médica en la cartera de servicios comunes del SNS y en los propios hospitales, las carteras de servicios complementarias en los diferentes territorios y la falta de actualización de las Guías de Práctica Clínica impactan de forma negativa sobre nuestro sistema sanitario.
Esta es la principal conclusión del informe presentado por la Fundación IDIS el camino a la innovación tecnológica: cartera de servicios y guías de práctica clínica y que pone de manifiesto cómo las políticas existentes en este entorno limitan el acceso de los ciudadanos a las innovaciones en el ámbito sanitario generando inquietudes.
En concreto, el trabajo señala tres ámbitos negligentes que impactan de forma negativa. El primero es la falta de un procedimiento sistemático de incorporación de tecnología médica en la cartera de servicios comunes del SNS- y en los propios hospitales-; el segundo, las diferencias en las carteras de servicios complementarias en los diferentes territorios y, el tercero, la falta de actualización de las Guías de Práctica Clínica- recomendaciones desarrolladas de forma sistemática para ayudar al profesional a tomar las decisiones adecuadas.
Que sea la dirección de un hospital por iniciativa de un profesional sanitario quien tome la decisión de incorporar una tecnología a un centro determinad, es un claro ejemplo de arbitrariedad que tiene consecuencias para los ciudadanos.
Algo similar ocurre con las carteras de servicios complementarias de las comunidades autónomas y las diferencias existentes en los presupuestos, que pueden llegar a los 736 euros por ciudadano. Este hecho tiene, además de la variabilidad en la práctica clínica, otras consecuencias, como la no administración del tratamiento más innovador o la decisión de desplazamiento a otra comunidad autónoma para recibir un tratamiento diferente. «Se trata -asegura Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS de un foco de inequidad, ya que los recursos no se asignan en función de la necesidad, y de falta de cohesión puesto que se generan diferencias entre CCAA y entre los propios centros hospitalarios. A la vez, como recoge el informe, impacta en el acceso y la universalidad por la limitación a la innovación que supone».
Por otro lado, el informe presenta que más del 80% de las Guías de Prácticas Clínicas del SNS no se encuentran actualizadas. De forma paralela, las propias sociedades científicas publican sus guías y recomendaciones y GuíaSalud -organismo que aglutina todas las guías del SNS- propone un sistema metodológico de actualización de estos documentos que, actualmente, no se está llevando a cabo. Las consecuencias de esta negligencia son desastrosas para los pacientes, y, en algunas patologías (especialmente en las enfermedades raras y ultrararas) suponen la diferencia entre tener una mínima calidad de vida, y no tenerla.

Propuesta de mejora

En este sentido el informe propone una actualización continua de las Guías de Práctica Clínica del organismo oficial que las aglutina, en colaboración con las sociedades científicas, de tal modo que haya un único punto de acceso. Asimismo, plantea la conveniencia de relacionar el proceso de actualización de la cartera de Servicios Comunes del SNS con la actualización de las propias guías, de manera que desde GuíaSalud se pueda conocer cuáles son objeto de actualización por la incorporación de alguna nueva tecnología a la cartera de servicios.
Junto a ello, sería conveniente, según las conclusiones del informe, que existiera un punto común y público donde las compañías puedan añadir su última tecnología aprobada, añadiendo datos sobre beneficios para el paciente y para el sistema, así como de los estudios al respecto, y que este se constituyera en un único punto de acceso a la información referente a las últimas innovaciones tecnológicas. Por último, la recopilación periódica de datos en centros hospitalarios de diferentes CCAA para obtener información sobre el uso/adherencia de nueva tecnología médica, proporcionaría más información en la toma de decisiones y mayor capacidad para entender las dificultades en la adopción de nueva tecnología para proponer soluciones.
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