La doctora Sara Bueno Fernández ofrece consejos prácticos para evitar riesgos oculares
En verano son relativamente frecuentes los problemas como irritaciones, conjuntivitis por bacterias o virus o las alergias u ojos rojos, sobre todo relacionados con la exposición al agua durante el baño en playas, piscinas o ríos, que pueden producir esos efectos.
La doctora Sara Bueno Fernández, Directora del Grado en Óptica y Optometría Universidad CEU San Pablo, explica que «en mares y ríos las aguas no están tratadas y los microorganismos que contienen son un posible foco de infección y pueden llegar a producir conjuntivitis y queratitis por bacterias o virus» y añade: «En las piscinas, los compuestos químicos que se usan para tratar las aguas, como la sal y el cloro y los contaminantes que también puede haber, son irritantes y producen una pequeña lesión, superficial en casi todos los casos, generalmente pasajera y molesta, que da lugar a picor, ardor y enrojecimiento».
La mejor forma de prevenirlo es no meter la cabeza ni abrir los ojos bajo el agua o usar gafas de natación o buceo. En el caso de usar gafas graduadas, siempre se puede acudir a una ópticas para encargar gafas de baño graduadas.
La experta en Óptica y Optometría lanza una advertencia a los cerca de 3,5 millones de españoles que utilizan lentes de contacto: «En verano será necesario extremar las precauciones: no debemos nunca ducharnos, bañarnos o bucear con las lentillas puestas, ya sea en la piscina o en el mar, ni siquiera aunque tengamos los ojos cerrados. Lo menos importante es que hay muchas posibilidades de que se salga del ojo y se pierda».
La doctora Bueno explica que entre los posibles problemas se pueden sufrir úlceras corneales, infecciones bacterianas, y queratitis por Acantamoeba, que pueden incluso llegar a provocar la pérdida de visión. La Acanthamoeba, es un protozoo que está frecuentemente en el agua y que en el 90 % de casos en que producen infecciones (pocas, afortunadamente) se dan en personas que usan lentes de contacto, especialmente blandas sin seguir los consejos de uso e higiene adecuados. «Así que lo mejor es ir a la playa o piscina sin las lentillas, con unas gafas graduadas con la adecuada protección solar, y si realmente necesitamos ver bien para nadar, la mejor recomendación es tener unas gafas de natación graduadas», concluye.
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