Qué es el ictus

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La actividad física es crucial para recuperarse de un ictus

Un ictus tiene lugar cuando se interrumpe o se reduce el suministro de sangre a una parte del cerebro

Un accidente cerebrovascular o ictus tiene lugar cuando se interrumpe o se reduce el suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos las células cerebrales comienzan a morir.
Hay dos tipos de accidentes cerebrovascular. El primero es el infarto cerebral que se produce por la obstrucción del flujo sanguíneo de una arteria dando lugar a una disminución del riego sanguíneo en esa parte del cerebro. Según la Clínica Universidad de Navarra, sus consecuencias en el cerebro suelen ser catastróficas, y los síntomas producidos muy incapacitantes. El segundo tipo es la hemorragia o derrame cerebral, provocado por la rotura de una arteria. La isquemia puede tardar varias horas en desarrollarse y este tiempo, denominado ventana terapéutica, es un momento clave para evitar o minimizar el daño cerebral.
Si un accidente cerebrovascular se trata a tiempo se puede reducir el daño cerebral y otras complicaciones. Ahora bien, según un estudio publicado en la revista científica JAMA Network Open, después de un ictus, la actividad física puede ser fundamental para una recuperación exitosa. Las personas que pasan cuatro horas a la semana haciendo ejercicio después de un accidente cerebrovascular logran una mejor recuperación funcional en seis meses que las que no lo hacen, según muestra un estudio de la Universidad de Gotemburgo.
El estudio se basa en datos de 1.500 pacientes con accidente cerebrovascular en 35 hospitales suecos. Los resultados muestran que aumentar o mantener la actividad física, con cuatro horas de ejercicio semanales, duplicó las posibilidades de los pacientes de recuperarse bien seis meses después de un accidente cerebrovascular. Los hombres y las personas con cognición normal mantuvieron una vida activa relativamente más a menudo, con una mejor recuperación como resultado.
Dongni Buvarp, investigador en neurociencia clínica en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y autor del estudio explica: «La actividad física reprograma favorablemente tanto el cerebro como el cuerpo después de un derrame cerebral. El ejercicio mejora la recuperación del cuerpo a nivel celular, aumenta la fuerza muscular y el bienestar, y reduce el riesgo de caídas, depresión y enfermedades cardiovasculares. Independientemente de la gravedad del accidente cerebrovascular, los afectados pueden obtener beneficios al hacer más ejercicio» asegura y añade: «Estar físicamente activo es muy importante, especialmente después de un derrame cerebral. Ese es un mensaje que todos los profesionales de la salud, las víctimas de accidentes cerebrovasculares y sus seres queridos deben saber. Las mujeres y las personas con problemas cognitivos parecen volverse menos activas después de un accidente cerebrovascular. Los resultados del estudio indican que estos grupos necesitan más apoyo para comenzar con la actividad física», dice Buvarp.
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