Qué es el síndrome del bebé zarandeado y por qué es diferente a una caída

Muchos padres y cuidadores saben lo frustrante que puede llegar a ser intentar consolar a un bebé que no para de llorar, de hecho suele ser una pregunta frecuente en la consulta al pediatra tras el nacimiento de un primer hijo.

A pesar de que antes de salir del centro hospitalario se explicará a los cuidadores cómo hacer una correcta alimentación, higiene y rutinas de sueño, ningún niño viene con un libro de instrucciones y los temidos cólicos del lactante o una incorrecta vestimenta pueden desencadenar el llanto inconsolable del bebé. Desde el punto de vista del desarrollo, es normal que los bebés lloren más y durante periodos de tiempo más largos, desde aproximadamente las 2 semanas de edad hasta aproximadamente los 3 o 4 meses. Esta etapa de llanto se denomina el Period of PURPLE Crying. Algunos bebés se resisten más a calmarse y pueden llorar durante horas, pero aun así están sanos.

Los médicos aseguran que mantener la calma es primordial y en ningún caso hay que zarandear al niño. Este tipo de sacudidas puede ser suficientes para lesionar a los recién nacidos porque el cerebro de los pequeños es más blando, los músculos y ligamentos del cuello son débiles y sus cabezas son grandes y pesadas en proporción a sus cuerpos. El resultado es un tipo de latigazo cervical, similar al que ocurre en algunos accidentes automovilísticos y está considerado una forma grave de maltrato infantil.

¿Por qué es tan peligroso?

El síndrome del bebé zarandeado puede ocurrir con apenas cinco segundos de sacudida. Al sujetarlo por el tórax y sacudirlo, se produce un mecanismo de aceleración-desaceleración de la cabeza que conduce, por una parte, a las fracturas paravertebrales de las costillas, y por otro a las hemorragias intracraneales y a las lesiones oculares.

Profesionales del hospital Monte Sinaí explican que cuando se sacude a un bebé o a un niño pequeño, el cerebro rebota hacia adelante y hacia atrás contra el cráneo. Esto puede provocar una contusión cerebral, hinchazón, presión y sangrado en el cerebro. Las venas grandes que recorren la parte exterior del cerebro pueden desgarrarse, lo que provoca más sangrado, hinchazón y aumento de la presión. Esto puede causar fácilmente daño cerebral permanente o la muerte.

Qué provoca

La sacudida, con o sin desaceleración repentina de la cabeza al impactar una superficie, puede provocar, según la American Association of Neurological Surgeons (AANS) lo siguiente:

1. Hematoma subdural, que es una acumulación de sangre entre la superficie del cerebro y la duramadre (la membrana externa resistente y fibrosa que rodea el cerebro). Esto ocurre cuando las venas que unen el cerebro con la duramadre se estiran más allá de su elasticidad, lo que provoca desgarros y sangrado.
2. Hemorragia subaracnoidea, que es un sangrado entre la aracnoides (membrana similar a una red que rodea el cerebro y está llena de líquido cefalorraquídeo) y el cerebro.
3. Traumatismo directo sobre la propia sustancia cerebral, producido cuando el cerebro golpea las superficies internas del cráneo.
4. Desprendimiento o rotura de ramas de células nerviosas (axones) en la corteza y estructuras más profundas del cerebro causado por un movimiento violento del cerebro.
5. Otro daño irreversible a la sustancia cerebral se produce por la falta de oxígeno si el niño deja de respirar durante el temblor.

​¿Qué daño puede ocasionar?

Sacudir a un bebé puede causar:

1. Convulsiones
2. Daño cerebral permanente
3. Dificultades en el habla y aprendizaje
4. Ceguera o sordera
5. Parálisis
6. Problemas de la conducta
7. Muerte

Diferente a una caída

El síndrome del bebé sacudido no es consecuencia de rebotes suaves, balanceos juguetones o lanzamientos al aire del niño, ni de trotar con él. También es muy poco probable, según afirman del Monte Sinaí, que se produzca por accidentes como caerse de una silla o de una escalera, o caerse accidentalmente de los brazos de un cuidador. Las caídas desde una altura pequeña pueden causar otros tipos de lesiones en la cabeza, aunque suelen ser leves.