
La dermatitis alérgica de contacto provoca una erupción cutánea con picazón e hinchazón
Por qué no debes rascarte si tienes picazón: un nuevo estudio lo explica
La dermatitis alérgica de contacto provoca una erupción cutánea con picazón e hinchazón
Tus padres tenían razón: rascarse un sarpullido que pica empeora la situación. Ahora sabemos por qué, gracias a una nueva investigación publicada en la revista Science que revela cómo el rascado agrava la inflamación y la hinchazón en un modelo de ratón de un tipo de eczema llamado dermatitis alérgica de contacto.
«Al principio, estos hallazgos parecían introducir una paradoja: si rascarse cuando nos pica es malo, ¿por qué nos hace sentir tan bien?», se preguntó Daniel Kaplan, profesor de dermatología e inmunología en la Universidad de Pittsburgh y autor principal del estudio. El profesor explica: «Rascarse suele ser placentero, lo que sugiere que, para haber evolucionado, este comportamiento debe proporcionar algún tipo de beneficio. Nuestro estudio ayuda a resolver esta paradoja al proporcionar evidencia de que rascarse también proporciona defensa contra las infecciones bacterianas de la piel».
La dermatitis alérgica de contacto es una reacción alérgica a alérgenos o irritantes de la piel (como la hiedra venenosa y ciertos metales como el níquel) que provoca una erupción cutánea con picazón e hinchazón. Sucumbir a la necesidad, a menudo irresistible, de rascarse desencadena una mayor inflamación que empeora los síntomas y retrasa la curación.
Para descubrir qué impulsa este círculo vicioso, Kaplan, el primer autor Andrew Liu, estudiante del Programa de Capacitación de Científicos Médicos de Pitt, y su equipo utilizaron alérgenos que inducen picazón para inducir síntomas similares al eczema en las orejas de ratones normales y de aquellos que no sienten picazón porque carecen de una neurona que detecte la picazón.
Cuando se permitió que los ratones normales se rascaran, sus orejas se hincharon y se llenaron de células inmunes inflamatorias llamadas neutrófilos. En cambio, la inflamación y la hinchazón fueron mucho más leves en los ratones normales que no podían rascarse porque llevaban pequeños collares isabelinos, similares a un «cono de la vergüenza» que un perro podría lucir después de una visita al veterinario, y en los animales que carecían de la neurona que detecta el picor. Este experimento confirmó que rascarse agrava aún más la piel.
Pros y contras de rascarse
A continuación, los investigadores demostraron que rascarse hace que las neuronas sensibles al dolor liberen un compuesto llamado sustancia P. A su vez, la sustancia P activa los mastocitos, que son coordinadores clave de la inflamación que impulsan el picor y la inflamación a través del reclutamiento de neutrófilos.
«En la dermatitis de contacto, los alérgenos activan directamente a los mastocitos, lo que provoca una inflamación leve y picor», explicó Kaplan quien añade: «En respuesta al rascado, la liberación de la sustancia P activa a los mastocitos a través de una segunda vía, por lo que la razón por la que el rascado desencadena más inflamación en la piel es porque los mastocitos se han activado sinérgicamente a través de dos vías».
Los mastocitos son responsables de diversas afecciones cutáneas inflamatorias y reacciones alérgicas, pero también son importantes para la protección contra bacterias y otros patógenos. Por ello, los investigadores se preguntaron si la activación de los mastocitos inducida por el rascado podría afectar al microbioma de la piel.
En experimentos dirigidos por la coautora Marlies Meisel, profesora adjunta de inmunología en Pitt, el equipo demostró que rascarse reducía la cantidad de Staphylococcus aureus, la bacteria más común involucrada en las infecciones de la piel.
«El hallazgo de que rascarse mejora la defensa contra el Staphylococcus aureus sugiere que podría ser beneficioso en algunos contextos», afirmó Kaplan. «Pero el daño que el rascado provoca en la piel probablemente supera este beneficio cuando el picor es crónico».
Ahora, los investigadores están estudiando nuevas terapias para la dermatitis y otras afecciones inflamatorias de la piel como la rosácea y la urticaria, que suprimen la inflamación al dirigirse a los receptores de los mastocitos.