Mejoras en la productividad y eficiencia operativa de la industria ayudan a evitar el desperdicio

Mejoras en la productividad y eficiencia operativa de la industria ayudan a evitar el desperdicioEFE

Esta es la mejor hora para cenar, según los expertos

El horario de las comidas, por sí solo, puede afectar negativamente al metabolismo de la glucosa

La tradición de cenar en familia, unido a ser el país de más horas de luz solar de Europa, ha llevado a la población española a retrasar la hora de la cena más allá de las 8 de la tarde, como es común en el resto del continente. Sin embargo, cada vez más estudios aseguran que la hora a la que se come afecta negativamente al organismo.

Un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard, publicado en Cell Metabolism encontró la hora a la que se cena afecta significativamente al gasto de energía, apetito y vías moleculares en el tejido adiposo.

El autor principal de la investigación, Frank Scheer, quería probar los mecanismos que pueden explicar porqué comer tarde aumenta el riesgo de obesidad: «Investigaciones anteriores habían demostrado que comer tarde se asociaba con un mayor riesgo de obesidad, un aumento de la grasa corporal y un menor éxito en la pérdida de peso. Queríamos entender por qué», dijo.

Los resultados revelaron que comer más tarde tenía profundos efectos sobre el hambre y las hormonas reguladoras del apetito, leptina y grelina, que influyen en nuestro deseo de comer. Específicamente, los niveles de la hormona leptina, que indica saciedad, disminuyeron durante las 24 horas en las condiciones de alimentación tardía en comparación con las condiciones de alimentación temprana.

Cuando los participantes comieron más tarde, también quemaron calorías a un ritmo más lento y exhibieron expresión genética del tejido adiposo hacia una mayor adipogénesis y una disminución de la lipólisis, que promueven el crecimiento de grasa.

Qué pasa a partir de las 17 h

Una investigación reciente de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Columbia University en Nueva York, publicada en Nutrition & Diabetes, afirma que ingerir más del 45 % de las calorías del día a partir de las cinco de la tarde está asociado a una elevación de los niveles de glucosa, con las consecuencias perjudiciales que esto comporta para la salud, independientemente del peso y la grasa corporal de la persona.

La doctora Diana Díaz Rizzolo explica: «Unas cifras elevadas de glucosa mantenidas en el tiempo pueden tener implicaciones como un mayor riesgo de progresar hacia diabetes tipo 2, un incremento del riesgo cardiovascular, por el daño en los vasos sanguíneos que provoca la glucosa alta, y una mayor inflamación crónica, que agrava el daño cardiovascular y metabólico».

Hasta el momento se creía que la principal consecuencia de cenar tarde era el aumento de peso, que se asociaba al hecho de que por la noche se suelen realizar peores elecciones alimentarias, como consumir más ultraprocesados, pues las hormonas que regulan el hambre y la saciedad se alteran cuando no nos ajustamos a las horas de sol.

La importancia del estudio es que revela que el horario de las comidas, por sí solo, puede afectar negativamente al metabolismo de la glucosa, al margen de la cantidad de calorías consumidas a lo largo del día y del peso y la grasa corporal del individuo.

El estudio incluyó 26 participantes de entre 50 y 70 años que tenían sobrepeso u obesidad y prediabetes o diabetes tipo 2. Se comparó la tolerancia a la glucosa de los participantes, que se dividieron en dos grupos: los comedores tempranos, que hacían la mayor ingesta de calorías antes de la tarde-noche, y los comedores tardíos, que comían el 45 % o más de sus calorías a partir de las cinco de la tarde. Ambos grupos consumían las mismas calorías y alimentos durante el día, solo que lo hacían en diferentes horas. Los participantes utilizaron una aplicación móvil para registrar sus comidas en tiempo real.

El principal hallazgo es que los comedores tardíos toleraban peor la glucosa, fuera cual fuera su peso o la composición de la dieta. También se observó que tenían tendencia a comer mayores cantidades de carbohidratos y grasas durante la tarde-noche.

A partir del estudio, y dentro de la prudencia, pues se necesitarán más investigaciones para ahondar en el tema, la investigadora aconseja que el aporte de alimentos se realice principalmente durante las horas de sol del día y que «el mayor aporte de calorías en el día se haga en el desayuno y la comida, en lugar de hacerlo en la merienda y la cena».

Efectos en el cáncer

En esta línea, la doctora Odile Fernández, explica que «se ha demostrado que realizar la ingesta de alimentos durante las horas de luz mejora la sensibilidad de las células a la insulina y hay menos riesgo de enfermedades graves como cáncer o diabetes por lo que hay que acostumbrarse a cenar antes de las nueve de la noche».

En su libro Hábitos que te salvarán la vida, (Ed. Planeta), la doctora asegura que seguir esta recomendación reduce un 20 % el riesgo de contraer cáncer de mama o de próstata: «Si no se puede cenar antes de las 21:00 h procura hacerlo al menos 2 horas antes de acostarte para obtener este beneficio».

Entre los consejos para ayudar, la doctora sugiere que la última comida del día sea rica en proteínas y grasas y baja en azúcares, de esta forma te sentirás saciado durante más tiempo y no tendrás antojos dulces.

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