
La mente en blanco es una experiencia común
Qué pasa en el cerebro cuando la mente se queda en blanco, según la ciencia
Es una experiencia común con una amplia variedad de definiciones, desde sentirse «somnoliento» hasta «una completa ausencia de consciencia»
No hay nada más embarazoso que ir a presentar a una persona y olvidar su nombre o estar en un atril y no recordar parte de un discurso. Aunque puede que sea peor la experiencia de quedarse en blanco en un examen importante. Y es que tener la mente en blanco es una experiencia común, pero difícil de definir. En un artículo publicado en Trends in Cognitive Sciences (Cell Press), un grupo de neurocientíficos y filósofos exploran lo que sabemos sobre este fenómeno, incluyendo hallazgos de sus propios estudios sobre la actividad cerebral.
Normalmente, durante el estado de vigilia, los pensamientos fluyen de un contenido a otro. Sin embargo, a veces se experimentan momentos sin contenido mental reportable, lo que se conoce como «mente en blanco». Según el equipo de investigadores —formado tras colaborar en la 25.ª Reunión Anual de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia en Ámsterdam (2022)—, todavía no está claro qué representa exactamente este estado, lo que evidencia lo complejo de su definición y vivencia.
Hasta hace poco, la mente en blanco se estudiaba únicamente dentro del contexto de la divagación mental, una experiencia interna donde los pensamientos fluyen libremente. Sin embargo, los autores argumentan que la mente en blanco es distinta: suele asociarse a una mayor somnolencia, lentitud mental y aumento de errores, por lo que debería investigarse como un fenómeno propio.
«Analizamos 80 estudios relevantes, incluidos algunos de nuestra autoría, donde registramos la actividad cerebral de personas que afirmaban ‘no estar pensando en nada’», explica Athena Demertzi, investigadora de GIGA Research en la Universidad de Lieja, Bélgica.
Entre sus hallazgos destacan:
- La frecuencia de la mente en blanco varía mucho entre distintas personas, pero una persona experimenta el fenómeno aproximadamente entre el 5 % y el 20 % del tiempo en promedio.
- Las experiencias comunes definidas como «mente en blanco» incluyen lapsos de atención, problemas de memoria y un cese del habla interna, entre otros.
- Los momentos en blanco tienden a ocurrir hacia el final de tareas que requieren atención prolongada y sostenida, como exámenes, y después de la falta de sueño o ejercicio físico intenso, pero también son un estado típico de vigilia.
- Los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) informan que tienen la mente en blanco con mayor frecuencia que las personas neurotípicas.
- La mente en blanco forma parte de la descripción clínica del trastorno de ansiedad generalizada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). También es relevante para otras afecciones clínicas, como accidentes cerebrovasculares, convulsiones, traumatismos craneoencefálicos y el síndrome de Kleine-Levin, que provoca que las personas duerman hasta 20 horas al día.
- Los experimentos que observan la actividad cerebral durante el reposo utilizando tecnologías que incluyen fMRI y electroencefalografía muestran que hay firmas neuronales específicas en las redes frontal, temporal y visual del cerebro antes de un momento en blanco.
- Durante los estados de inactividad mental tras tareas de atención sostenida, la frecuencia cardíaca y el tamaño de las pupilas disminuyeron, y sus cerebros mostraron una menor complejidad de señales, un estado que se observa típicamente en personas inconscientes. Durante el estado de inactividad mental, observaron interrupciones en el procesamiento sensorial y ondas electroencefalográficas lentas, similares a las del sueño. Los autores describen estos estados, en los que partes del cerebro parecen dormidas, como «episodios locales de sueño».
- Un aumento de la actividad neuronal en las regiones corticales posteriores del cerebro también puede provocar que la mente quede en blanco, como sucede cuando el pensamiento a alta velocidad conduce a una función cognitiva más lenta.
- Cuando se instó a las personas a «vaciar sus mentes» activamente, los investigadores observaron desactivaciones en el giro frontal inferior, el área de Broca, la corteza motora suplementaria y el hipocampo.
Factor común
Los investigadores proponen que todos estos estados comparten un factor común: alteraciones en el nivel de excitación del sistema nervioso, lo cual puede afectar funciones clave como la memoria, el lenguaje o la atención.
Dado que estas experiencias varían enormemente entre individuos, los autores proponen conceptualizar la mente en blanco como un conjunto de estados fisiológicamente impulsados, influenciados por el nivel de alerta o «vigilancia» del cerebro. Según este enfoque, tanto una excitación elevada como una muy baja pueden facilitar su aparición.
«La experiencia de mente en blanco es tan directa como la de tener pensamientos activos», comenta Jennifer Windt, de la Universidad de Monash (Australia). «Queremos abrir el debate sobre cómo se relaciona con otras experiencias similares, como la meditación», añade Antoine Lutz, del Centro de Investigación en Neurociencias de Lyon.
El equipo espera que se reconozca la mente en blanco como un estado mental distinto, lo cual podría aportar nuevas perspectivas para futuras investigaciones.
«Este fenómeno es revelador, porque desafía la idea de que estar despierto implica pensar constantemente», concluye Thomas Andrillon, autor principal. «Y es importante, porque evidencia cuánto varía la experiencia subjetiva de una persona a otra. Las experiencias mentales no son un continuo uniforme, sino que tienen matices, grados y vacíos».