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Dormir tarde puede afectar tu salud mental: esta es la hora clave según la ciencia
Dormir es imprescindible para llevar una vida sana, pero no todo es el número de horas de descanso: la hora a la que vas a la cama puede estar afectándote
Dormir bien por la noche es fundamental para nuestra salud y bienestar general. La mayoría de los adultos necesitan dormir entre 7 y 9 horas todas las noches para poder rendir adecuadamente en su día a día y sentirse bien. No obstante, los bebés, niños y adolescentes necesitan algunas horas más de sueño. Además, nuestra actividad física, nuestro estado de salud general y nuestro estado mental también pueden influir en el número de horas que debemos descansar todos los días.
Pero no todo son las horas que dormimos. Un estudio elaborado por la Universidad de Standford relaciona la hora a la que nos vamos a dormir con el estado de nuestra salud mental.
Los investigadores realizaron una encuesta entre cerca de 75.000 adultos y analizaron la relación entre el cronotipo —la preferencia natural por horarios tempranos o tardíos de sueño— y los hábitos reales de descanso. Los resultados revelaron que acostarse temprano resulta beneficioso para todos, independientemente de si son madrugadores o noctámbulos. De hecho, quienes se quedaban despiertos hasta altas horas de la noche mostraban una mayor incidencia de trastornos mentales y del comportamiento, sin importar su cronotipo.
El estudio, publicado en la Psychiatry Research, recomienda que, para un envejecimiento saludable, las personas inicien su sueño antes de la 1.00 horas, independientemente de sus preferencias cronobiológicas.
Según explicaba Jamie Zeitzer , doctor en filosofía, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento y autor principal del estudio, «El peor escenario posible es, sin duda, que las personas trasnochadoras se queden despiertas hasta tarde». Los noctámbulos fieles a su cronotipo tenían entre un 20 % y un 40 % más de probabilidades de haber sido diagnosticados con un trastorno de salud mental, en comparación con quienes seguían un horario de sueño temprano o intermedio.
El sueño y la salud mental
Existen diversas teorías sobre por qué los horarios tardíos de sueño se asocian con un peor bienestar mental. El investigador Jamie Zeitzer sugiere que una posible explicación es que durante la noche aumentan los comportamientos impulsivos y dañinos, como el consumo de sustancias, los pensamientos suicidas, la violencia o los atracones de comida. Según la hipótesis de la «mente después de medianoche», factores neurológicos y fisiológicos cambian en ese tramo horario, fomentando el juicio deteriorado, el estado de ánimo negativo y una mayor tendencia a asumir riesgos.
Zeitzer también plantea que las personas madrugadoras que se acuestan tarde son más conscientes de su fatiga y, por ello, evitan tomar decisiones importantes, mientras que los trasnochadores tienden a confiar excesivamente en su percepción a esas horas. Otra posible explicación es el desajuste social: quienes tienen cronotipos nocturnos podrían experimentar más aislamiento por la noche, especialmente en culturas como la anglosajona, lo que podría afectar su salud mental. En cambio, en contextos más sociales como los mediterráneos, trasnochar podría no tener los mismos efectos negativos.