El calzado convencional tiende a deformar los huesos y las articulaciones
Calzado barefoot: ventajas, riesgos y consejos antes de empezar a usarlo
El calzado convencional tiende a deformar los huesos y las articulaciones
Los pies son responsables de muchas de las patologías que se atienden en consultas de traumatología y fisioterapia como el dolor en el talón, en el dedo gordo o en el arco. Jesús Serrano, fisioterapeuta y licenciado en INEF, señala que gran parte del problema proviene del calzado que utilizamos. El especialista, afirma que «el calzado adecuado debe tener la forma del pie». Según Serrano, el calzado convencional suele deformar huesos y articulaciones, lo que provoca que la musculatura del pie se debilite. Este factor tiene especial relevancia en casos como la fascitis plantar, una afección que causa intenso dolor en el talón. Aunque las plantillas pueden ofrecer alivio, el fisioterapeuta recomienda fortalecer los pies andando descalzo y optar por calzado barefoot, que permita al pie funcionar de manera natural durante todo el día.
Por su parte, el Dr. Víctor Alfaro Santafé, experto de la Unidad de Biomecánica y Podología de Olympia Quirónsalud, profundiza en las ventajas y limitaciones de este tipo de calzado. El doctor asegura que este tipo de calzado lo que pretende es imitar lo que sería caminar con el pie descalzo. «Los beneficios de usar un calzado barefoot son, en primer lugar, liberar el pie de un zapato más oprimido donde los dedos van más ajustados y, en segundo lugar, ganar algo de propiocepción porque vamos a estar más cerca del suelo».
El profesional añade que, además, «se van a tener más estímulos en la planta del pie y vamos a conseguir que la musculatura intrínseca del pie trabaje mejor».
Los problemas vienen, afirma el Dr. Alfaro cuando intentamos usar un calzado barefoot en sustitución de una zapatilla de correr, por ejemplo, en personas que no están habituadas a ello. «Es muy posible que si eso no se hace con la transición adecuada pueda aparecer fascitis plantar, tendinitis de aquiles, sobrecargas de gemelos o lumbalgias».
Si alguien quiere iniciarse en este tipo de zapatilla al llevar una suela mucho más fina va a haber un aumento de carga lo que conlleva que el pie reciba más impacto y las trabéculas óseas, que están habituadas a un determinado nivel de impacto, van a pasar de una manera brusca a recibir más impacto.
Hay algunas contraindicaciones
Es verdad que no todo el mundo puede beneficiarse de usar este tipo de calzado, asegura el profesional. «Si una persona tiene un pie tremendamente aplanado con una insuficiencia del tibial posterior, por ejemplo, que hace que ese pie sea incapaz de tener un arco razonable, un calzado excesivamente plano y sin ninguna contención, posiblemente le pueda perjudicar», concluye el Dr. Víctor Alfaro Santafé.
Aliviar el dolor del pie
Jesús Serrano afirma que cuando duelen los pies, el 99 % de las veces es porque el pie no cabe en el calzado convencional y aconseja:
Eliminar el calzado estrecho: «Si con algún modelo tenéis dudas, sacad la plantilla de dentro y pisarla con el pie descalzo y con los dedos bien abiertos. ¿Cabe? Me atrevería a asegurar que en casi ninguno ocurrirá. Todos o la inmensa mayoría de vuestros zapatos os están atrofiando y deformando pies y dedos».
El profesional añade que hay que usar un zapato flexible buscando siempre que respete el tamaño y forma de cada pie.
Además, aconseja entrenar lo que no funciona caminando con el pie descalzo siempre que se pueda, usar separadores para alinear los dedos correctamente e ir, poco a poco, usando zapatos con menos suela para recuperar la salud original de los pies.