Tragedia en la Marmolada
«Escuchamos un ruido fuerte y luego vimos una especie de avalancha de nieve y hielo que descendía rápidamente». Lo relata uno de los responsables del refugio de montaña de Castiglioni Marmolada en los Dolomitas (Alpes italianos) que fue testigo de la tragedia en la que han muerto ocho personas y al menos 15 continúan desaparecidas. Una enorme capa de hielo se desprendió este domingo y aplastó a los senderistas que atravesaban el camino que conduce a la cumbre de la Marmolada, conocida como la reina de los Dolomitas por su altura de 3.343 metros.
Casi 24 horas después de la tragedia, la cifra de muertos sigue siendo dramáticamente provisional.«Es muy difícil que haya supervivientes porque hay bloques de hielo que van desde los veinte centímetros hasta el medio metro», explica desconsoladamente al Corriere della Sera Gino Comelli, miembro del equipo de rescate alpino. Desde un helicóptero pudieron corroborar que una masa de 200 metros de ancho y 80 de alto, un mar de hielo y escombros del tamaño de dos campos de fútbol, había descendido desde una altitud de 3.200 metros hasta 1.800. Ahí, en medio de la montaña, han descubierto restos de cuerpos humanos que están destrozados por la avalancha. «Hacía muchos años que no veía tal cosa», añade Luigi Felicetti, otro de los rescatistas.
«Una tragedia que no era previsible, a pesar del gran calor», añade Maurizio Dellantonio, jefe del equipo de rescate Nacional Alpino. Por culpa del mal tiempo, se han suspendido todas las operaciones a gran altura y se ha vetado el acceso a la Marmolada. «El glaciar sigue siendo extremadamente inestable y existe un riesgo muy alto de nuevos derrumbes», comentan los rescatistas.
El Papa Benedicto ha pedido una oración por las víctimas. «Las tragedias que estamos viviendo por el cambio climático deben empujarnos a buscar urgentemente nuevos caminos que respeten a las personas y la naturaleza», escribió el Papa en su cuenta de Twitter.
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