Ana Marín, junto a Carmen Pobo y Rosa María Sánchez.
Sociedad
El gobierno aragonés lleva meses sin reparar el único mamógrafo público de Teruel
La directora provincial de Sanidad aseguró que se estropeó en diciembre aunque llevan meses derivando a las pacientes a clínicas privadas
Importante chapuza del gobierno aragonés, que ocultó durante meses que el único mamógrafo de titularidad pública de la provincia de Teruel estaba estropeado y no dio la orden de sustituirlo hasta diciembre.
La directora provincial de Sanidad, Perla Borao, aseguró hace unos días en un acto público que el aparato se estropeó en diciembre y se están derivando a las pacientes a una conocida clínica privada de Teruel hasta que llegue el nuevo aparato, que no serán antes del 1 de mayo.
Pero la realidad es que las pacientes llevan siendo derivadas meses antes. El Departamento de Sanidad del ejecutivo aragonés envió a estas mujeres un escrito sin fecha advirtiendo del cambio. Sin embargo, El Debate ha podido comprobar el registro de citas de una de estas pacientes con fecha de 18 de octubre, lo que contradice a Borao.
«Si tardar un mes en cambiar provisionalmente un mamógrafo y cinco para adquirir el definitivo nos parece vergonzoso, que sean cuatro meses para el provisional y nueve para el definitivo es la evidencia más palpable de que Javier Lambán, Sira Repollés y Perla Borao están incapacitados para gestionar la sanidad de nuestra comunidad», ha comentado Ana Marín, portavoz de Sanidad del PP en las Cortes de Aragón.
Marín ha anunciado que desde el Grupo Popular en las Cortes de Aragón pondrán en marcha «cuantas iniciativas parlamentarias» sean necesarias para «esclarecer todos los hechos y exigir responsabilidades a los culpables de este sinsentido».
«No hay explicación alguna que justifique esta situación que se está viviendo en Teruel», ha añadido, insistiendo en que «el mamógrafo es necesario, puede salvar la vida de muchas mujeres, no se debe esperar ni un solo mes en que esté operativo el nuevo aparato y, por encima de esto, los turolenses no nos merecemos más mentiras de Lambán y Ripollés».
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