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Un transistor a pilas

Un transistor a pilasRodrigo Díez

El transistor a pilas, única manera de informarse durante el gran apagón

Las radios se acabaron en la mayoría de bazares y tiendas de electrónica y muchos vecinos decidieron sacar las suyas al balcón o bajar a la calle para que el resto de los ciudadanos pudiese informarse

Quién nos iba a decir que, en pleno siglo XXI, la única manera de recibir noticias sería a través de un transistor a pilas. Esta insólita situación se dio este lunes desde poco antes de las 13:00 hasta, en algunos lugares de España, pasada la medianoche.

El gran apagón que afectó a toda la Península Ibérica también afectó a las telecomunicaciones, por lo que los usuarios de muchas teleoperadoras tampoco pudieron llamar por teléfono o tener acceso a datos móviles. Esto hizo que una gran parte de la población no pudiese conocer lo que estaba pasando.

Ante esto, la gran protagonista fue la radio. Los previsores –o los más nostálgicos– que contaban con un transistor a pilas no tuvieron problema desde el minuto uno en recibir información a través de las emisoras que, aunque con algún que otro problema técnico, pudieron seguir emitiendo durante toda la jornada.

Y es que el acceso a televisiones, periódicos digitales y redes sociales era mucho más complicado debido a la falta de corriente y al fallo en internet.

Los que no disponían, por tanto, de este elemento analógico en casa no tuvieron tanta suerte. Este redactor se recorrió hasta cuatro tiendas para conseguir una radio: en todas se habían agotado. «Ya no me quedan, pero me traerán más a las 19:00», explicaba un comerciante de la calle Bravo Murillo de Madrid a una larga cola de ciudadanos que acudían a su tienda de tecnología con el fin de hacerse con ella.

«Solo me queda una y la estoy usando», comentó uno de los vendedores, que iba transmitiendo a los clientes y a todo el que se acercaba las nuevas noticias, aún confusas: «Puede durar hasta 72 horas», alertaba.

Esta desinformación provocaba que se produjese un boca-oreja peligroso que iba escurriendo bulos en un momento de pánico generalizado: «Dicen que se ha cortado la luz en media Europa». Datos que ahora sabemos, no eran ciertos.

A la quinta tienda un tendero consiguió venderme un pequeño transistor que, con pilas incluidas, tuvo un precio de 15 euros. Un valor más o menos cercano al que suele tener este tipo de dispositivos, por lo que se agradece que no se aprovecharan de la situación.

Como muchas personas no tuvieron opción a disponer de una radio, algunos vecinos decidieron asomar sus transistores a los balcones o bajar a la calle con ellos para que cualquiera pudiese escuchar lo que desde las emisoras iban transmitiendo.

Aunque en las primeras horas esta información era escasa, a medida que fue transcurriendo el día se fue vislumbrando la luz al final del túnel: «En zonas del norte y del sur de España ya comienza a restablecerse el servicio eléctrico», narraban con júbilo los compañeros de Radio Nacional de España. Con el transcurrir de la jornada fuimos asistiendo a una progresiva vuelta de la electricidad, aunque en algunas zonas del país no la recuperaron hasta bien pasadas las 12 de la medianoche.

Un día de resurgimiento de la radio analógica sin precedentes en nuestro país. Un medio de comunicación que se inventó a finales del siglo XIX, gracias en gran parte a los avances del físico e ingeniero Nikola Tesla, que creó la conocida como 'bobina de Tesla', aunque fue el ingeniero italiano Guillermo Marconi quien en 1909 recibió el premio Nobel de Física tras lograr realizar la primera transmisión a través del Atlántico.

En la actualidad, 23.439.000 personas escuchan a diario la radio en España, según el último Estudio General de Medios (EGM). Del total, más de la mitad (13.501.000) son oyentes de radios temáticas, en su mayoría de música, y el resto (12.846.000), radios generalistas.

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