​Europa tendrá que posicionarse sobre la vida ante una iniciativa para financiar el aborto con dinero público

«Mi voz, mi decisión». Así se llama la campaña iniciada por la organización eslovena Instituto 8 de Marzo, que busca acabar más fácilmente con la vida de los nasciturus de una manera más «segura y accesible» y facilitar el aborto con dinero público. Para ello, ha presentado a la Comisión Europea de Bruselas un documento que recoge más de 1,2 millones de firmas de 19 países europeos.

Esta controvertida iniciativa se presentó el pasado 1 de septiembre. Esta campaña busca ofrecer a los ciudadanos europeos, según el documento oficial, la oportunidad de hacer que la vida de las mujeres sea «más libre, segura y mejor dondequiera que vivan» en nuestra unión, u que puedan acabar con la vida de su bebé en cualquier omento y lugar, especialmente donde las leyes son más restrictivas, como en Polonia, donde solo se permite en caso de violación, incesto o si la salud de la madre corre grave peligro.

Ahora, la Comisión tiene hasta el 2 de marzo de 2026 para presentar su respuesta oficial y explicar qué medidas prevé adoptar o, en el caso de optar por no seguir adelante con la solicitud, presentar los motivos por los que se ha rechazado la propuesta.

A pesar de ello, en el momento del registro de la petición, el Ejecutivo comunitario ya adelantó que en ningún momento se iba a tratar de explorar el derecho al aborto a escala de la UE –puesto que es una política única de los Estados miembros–, sino que se iba a valorar y estudiar la posibilidad de destinar fondos europeos a los países en donde el aborto es legal a día de hoy.

Bruselas también aclara que va a examinar la petición presentada por el grupo esloveno porque cumple con «los requisitos establecidos» por el marco de las Iniciativas Ciudadanas Europeas, entre los que está el recoger un millón de firmas de al menos siete Estados miembro.

Cómo está la situación en Europa

Esta iniciativa recuerda las grandes disparidades de Europa. La cultura de la muerte está dominando los territorios. De hecho, Son muchos los países que cada vez apuestan más por el aborto. Ejemplo de ello es España, donde el Gobierno de Pedro Sánchez dio luz verde el pasado 2023 a una ley que permite a las menores de 16 y 17 años acabar con la vida de nonato sin el consentimiento de los padres. A pesar de su gravedad, no es el único territorio europeo que cada vez valora menos la vida humana.

La mayor parte de los Estados miembros cuentan con alguna ley que protege a la madre y facilita su acceso al aborto. En la UE no hay una norma unificada para que todos sigan las mismas prohibiciones. De esta forma, Suecia es el país que permite a las madres acabar con la vida de su hijo hasta la semana 18 (cuatro meses y medio) mientras que en otros casos se reduce a 10 semanas (dos meses y medio), como ocurre en Portugal o Croacia.

En países como Finlandia y Países Bajos, esta práctica se considera un derecho de la mujer y apoyan la total decisión de las mujeres sobre la vida de su feto. No existe ningún tipo de restricción.

Por el contrario, naciones como Polonia, Irlanda y Malta mantienen leyes más restrictivas que limitan el acceso a estas polémicas prácticas en la mayoría de los casos.