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La sanción de la UE a los fertilizantes rusos convierte a Marruecos en el principal proveedor del bloque

El país gobernado por Vladimir Putin ha pasado de liderar con holgura esta clasificación a caer hasta el cuarto lugar

Efecto dominó en el mercado internacional de fertilizantes. La decisión de la Comisión Europea de imponer una barrera de entrada a los fertilizantes procedentes de Rusia y Bielorrusia, suministradores clave para los Veintisiete, se ha hecho notar desde el primer momento.

La Unión Europea (UE) aprobó el pasado mayo una nueva ronda de sanciones a Rusia y Bielorrusia por sus acciones bélicas contra Ucrania. En este caso, el portazo a Moscú y Minsk consistía en obstaculizar los fertilizantes que llegaban desde la parte más oriental del viejo continente con aranceles del 6,5 %, algo que fue rechazado frontalmente desde el campo, que entendía que –una vez más– se convertían en moneda de cambio de intereses mayores.

Los agricultores apuntaron que esta medida solo haría que incrementar sus costes de producción en las explotaciones, ya que según las estimaciones el impacto para la próxima campaña supondría un aumento de entre al menos 40 y 50 euros por tonelada en los fertilizantes rusos y bielorrusos, los más comprados por los agrarios del bloque europeo.

En el momento que se aprobó la sanción, un 25 % de los fertilizantes que importaba la UE de países terceros tenían Rusia como origen. «Introducir medidas de defensa comercial sin considerar planes alternativos ni sus consecuencias en el sector agrícola es potencialmente devastador», lamentó entonces en un comunicado el Copa-Cogeca, la organización europea que agrupa las cooperativas y entidades agrarias.

El castigo entró en funcionamiento el 1 de julio y solo han hecho falta 31 días para constatar las primeras repercusiones de la determinación tomada por la UE. Según datos de Eurostat pertenecientes a julio, Rusia ha pasado de liderar la lista de proveedores de fertilizantes para la UE a caer al cuarto lugar, con ventas de 43,1 millones de euros.

Por el momento, el gran beneficiado de la modificación en las relaciones comerciales con Rusia y Bielorrusia es Marruecos, que ha roto al alza para convertirse en líder destacado en este aspecto con una factura de 103 millones de euros en julio. Egipto, con ventas de fertilizantes a la UE de 51,3 millones de euros, y Argelia, con 50 millones de euros, cierran el podio de los principales suministradores de fertilizantes agrícolas para la institución europea en el séptimo mes de 2025.

El golpe a Rusia debería ir a más, dado que los gravámenes crecerán progresivamente hasta suponer un encarecimiento de 315 a 430 euros por tonelada en 2028; sin embargo, de enero a julio, el país gobernado por Vladimir Putin ha facturado 1.200 millones de euros en fertilizantes a la UE. La previsión es que este botín se desinfle en la segunda parte del año con la sanción. Los fertilizantes con origen Rusia supusieron el 34 % de estas compras de la UE de enero a junio, con un aumento del 6 % respecto a la referencia del 2021. Desde entonces, la UE solo ha ampliado sus transacciones con Rusia en este producto y ha disminuido su dependencia en gas natural y petróleo.

Polonia se ha mantenido como el principal comprador de fertilizantes rusos dentro de la UE en julio, con importaciones por valor de 24,8 millones de euros, 2,3 veces más que en julio de 2024. Alemania (4,6 millones de euros), y Países Bajos (3,4 millones de euros), ocuparon el segundo y tercer escalón, y Lituania (2,3 millones de euros) y España (2,2 millones de euros) cerraron el top cinco. En 2024, España importó alrededor de 400.000 toneladas de fertilizantes rusos, cifra que casi se ha duplicado en la última década.

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