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29 de abril de 2024

Un pingüino de barbijo con sus crías

Un pingüino de barbijo con sus críasGRID Arendal-Peter Prokosch

10.000 siestas de 4 segundos cada una: el curioso hábito de unos pingüinos para dormir 12 horas al día

Los investigadores atribuyen esta conducta al peligro y el bullicio que los rodea durante la fase de reproducción

Pese a que depende de la idiosincrasia de cada persona, el consenso científico sostiene que el sueño interrumpido afecta negativamente al rendimiento y el descanso humano.
No es el caso, sin embargo, en los pingüinos de barbijo, una especie de la Antártida de la que un equipo internacional de investigadores ha descubierto que son capaces de dormir en ciclos de apenas cuatro segundos que repiten hasta 10.000 veces al día y con los que logran un total de entre 11,5 y 12 horas de sueño diarias.
Los científicos, de Lyon y Corea y que han contado con la participación de Niels Rattenborg, del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica, atribuyen esta curiosa conducta al peligro y el ruido que los rodea durante la fase de reproducción.
Mientras incuban huevos en la isla Rey Jorge de la Antártida, los pingüinos de barbijo tienen que mantener la vigilia por la presencia constante de págalos subantárticos (un depredador de huevos) y soportar al mismo tiempo el bullicio y ajetreo de otros pingüinos de la colonia. Ante esta tesitura, lo único que pueden hacer para descansar es echarse microsiestas que les permitan no bajar la guardia.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores monitorizaron la actividad de un grupo de pingüinos durante 11 días, tanto en tierra como en mar. De esta forma, descubrieron que el sueño de ondas lentas, el tipo de sueño predominante en las aves, incluidos los pingüinos, se producía en ambos hemisferios simultáneamente (sueño bihemisférico de ondas lentas) o en un hemisferio a la vez (sueño unihemisférico de ondas lentas).
En este sentido, los episodios de todos los tipos de descanso que realizaban eran extremadamente cortos y generalmente duraban sólo unos segundos. Incluso cuando se combinaron episodios consecutivos de diferentes tipos de sueño, la gran mayoría se prolongó menos de cinco segundos. En total, podían llegar a tener más de 500 microsiestas por hora, lo que hace un total de 10.000 al día.
El trabajo, que describe por primera vez a un animal que se reproduce con éxito a pesar de tener un descanso extremadamente fragmentado, prueba al tiempo que determinadas especies pueden lograr las funciones reparadoras del sueño con pequeñas sesiones.
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