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Una científica en un laboratorioMICIU

Ciencia sí, pero alejada de la política: crece el miedo social al «populismo científico»

Los argumentos se ponen de manifiesto en un estudio realizado en España por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT)

La confianza en la ciencia y en los investigadores crece y aumenta también el convencimiento de que muchas de las decisiones políticas deben estar orientadas por las evidencias científicas, pero cada vez se acrecienta más la preocupación ante los populismos que tratan de situar la ciencia como una «casta» y de enfrentar a la gente con una supuesta «élite» académica. El nuevo fenómeno, conocido como «populismo científico», supone cuestionar el conocimiento y la evidencia científica o la legitimidad de los investigadores.

Los argumentos se ponen de manifiesto en un estudio realizado en España por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT), que se enmarca en el proyecto internacional «Confianza en la ciencia y populismo relacionado con la Ciencia» (TISP, por sus siglas en inglés), un consorcio de 240 investigadores de todo el mundo que ha analizado esa confianza y ese tipo de populismo en 68 países y que publicaron los resultados globales en la revista Nature Human Behaviour.

Esta conclusión llega justamente cuando el CNIO cesaba a su directora científica, envuelta en distintas polémicas. Asimismo, la gran preocupación existente en la entidad pasaría por una posible politización del nuevo proceso para elegir a la nueva dirección.

El trabajo ha explorado además cuestiones como el consumo de información científica, las percepciones públicas sobre el papel de la ciencia en la política y la sociedad, los beneficios de la ciencia, o sobre las posiciones de la sociedad frente a tecnologías como las vacunas o cuestiones como el cambio climático.

En el ámbito de la ciencia, este «populismo» se define como el antagonismo entre la «gente corriente» y el «sentido común» frente a las élites académicas y los conocimientos científicos, y califica así a quienes cuestionan la autoridad de los investigadores o las afirmaciones y las evidencias científicas.

A favor de la inversión

Los resultados revelan que en España sólo el 3,6 por ciento de la población encuestada (un millar de personas) se encuentra en los valores máximos en una «escala» de populismo, mientras que el 71,4 por ciento se sitúa en la mitad inferior de esa escala y el 25 por ciento estaría en un punto intermedio.

Entre los encuestados el respaldo a la inversión en investigación es mayoritario; la mitad opina que la investigación le beneficia mucho; y la inmensa mayoría (el 91 por ciento) cree que mejorar la salud pública debería ser prioritario para la ciencia, o que la investigación es la mejor manera de averiguar si algo es verdadero o falso.