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El doctor Felipe Gómez posa con el cartel de San Miguel de Serrezuela (Ávila) en la isla Decepción, en la Península AntárticaCedida

Ciencia

Un científico español envió a Marte una placa con el nombre de su pueblo: «Es una forma de reconocer mi tierra»

El doctor Felipe Gómez, una de las máximas referencias en lo que al planeta rojo se refiere, no se lo pensó dos veces y aprovechó su oportunidad para mandar un recordatorio de su tierra

Más allá de las distintas iniciativas promovidas por la NASA, la agencia espacial se ha caracterizado por fomentar la participación de la ciudadanía en una gran parte de sus proyectos.

Por ejemplo, la misión OSIRIS-REx permitió que la gente enviara sus para grabarlos en un microchip que irá al asteroide Bennu. De igual manera, varias misiones centradas en la búsqueda de asteroides cuentan con la colaboración de voluntarios, los cuáles se encargan de mapear rocas espaciales, así como la búsqueda de cometas en imágenes astronómicas.

Uno de los proyectos más recientes es el relacionado con la misión Artemis II, que realizará un vuelo de aproximadamente 10 días alrededor de la Luna para probar la nave espacial Orión. De cara a este futuro vuelo – programado para abril de 2026–, la agencia puso en marcha una iniciativa para invitar al público a unirse a la experiencia. En concreto, la NASA arrancó el proyecto «Envía tu nombre con Artemis II». De esta forma, los nombres de los ganadores viajarán en la nave espacial Orion y el cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés) junto a los astronautas de la NASA.

Otra de las grandes iniciativas que pueden contar con participación ciudadana es aquella relacionada con Marte. En los últimos años, la NASA incluyó varios programas que permitieron enviar nombres grabados en un chip que viajó en los rover Curiosity y Perseverance.

Estas iniciativas, además de contar con la participación de miles de voluntarios, también tuvo como protagonista a un científico español, quien quiso inmortalizar el nombre de su pequeño pueblo. Situado a algo más de 57 kilómetros de Ávila, el nombre de San Miguel de Serrezuela –de algo más de 100 habitantes– fue uno de los seleccionados para acompañar a los vehículos marcianos.

«Debido a mis viajes y a mi trabajo he estado mucho tiempo fuera, pero soy un apasionado de mi tierra», señala a El Debate el doctor Felipe Gómez, científico del Centro de Astrobiología (CAB), perteneciente al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (INTA-CSIC) y uno de los coautores del último estudio sobre la posible existencia de vida en el planeta rojo.

En el caso de Gómez, aprovechó la primera inscripción que realizó la NASA, que daba una ligera prioridad a los miembros de la misión. El experto no se lo pensó dos veces y mandó un recordatorio de su tierra.

«Lo que hice fue poner el nombre de mi pueblo en esa placa que está en el rover. Esa placa está en Marte. Es una forma de reconocimiento hacia mi tierra y mis raíces», destaca.

El reconocimiento del doctor Gómez a su tierra no es el único que ha realizado en los últimos años. Sin ir más lejos, en la Isla Decepción –en la Península Antártica– se puede observar una placa conmemorativa con el nombre de este pequeño pueblo.

A pesar de que actualmente Felipe se ha convertido en una de las grandes referencias científicas en lo que a Marte se refiere –formando parte de las misiones Mars Science Laboratory (MSL) y Mars 2020–, eso no ha hecho que se olvide de sus raíces.

«Cuando tuve un poco más de tiempo y empecé a ir más a menudo, promoví este tipo de desarrollo científico en mi pueblo, que es pequeñito. Por ejemplo, hemos desarrollado un observatorio astronómico y la gente tiene muchísimo interés en estos temas», sentencia.