Una manada de lobos conquistó una pequeña isla: ahora los expertos explican las inesperadas consecuencias

«Nunca podría haberlo previsto». De esta manera Taal Levi, profesor de ecología y gestión de la naturaleza en la Universidad Estatal de Oregón (EE.UU.), valoró uno de los experimentos más curiosos de los últimos años.

Tenemos que retroceder al año 2013, cuando una manada de lobos llegó a una pequeña isla situada en el sureste de Alaska. La isla Pleasant, un área de 49 kilómetros cuadrados aproximadamente, es la más grande de la Reserva Natural Pleasant/Lemesurier/Inian Islands, que forma parte del Bosque Nacional Tongass.

Hace más de una década, tras la colonización de la isla por parte de los animales, se puso en marcha una investigación científica que ha dado sus últimos resultados en este 2025. Tal como destacó el equipo investigador, el futuro en esta isla parecía bastante predecible. Los lobos devorarían a la población de ciervos de la isla para, posteriormente, abandonarla nuevamente ante la falta de alimento.

En los siguientes años, el equipo de Levi confirmó sus sospechas. La población de ciervos –de unos 200 ejemplares aproximadamente– descendió hasta casi desaparecer. Sin embargo, no se cumplieron todas las predicciones de los científicos.

Tras analizar de nuevo la isla cuatro años después, los expertos se dieron cuenta de que los lobos no utilizaron su gran capacidad nadadora –la cuál les permite incluso nadar hasta 13 kilómetros– para trasladarse al continente. A pesar de la ausencia casi total de ciervos, los lobos decidieron permanecer en la isla cambiando casi toda su alimentación.

«Nos sorprendió mucho que los lobos lograran sobrevivir y reproducirse en la isla con una dieta compuesta principalmente por nutrias marinas», detalló Levi en declaraciones al medio danés Illustreret Videnskab.

Para ser más exactos, las nutrias –así como otros animales marinos– comenzaron a ser una de las fuentes de alimentación de los lobos, representando más de la mitad de su caza –un 57 %–. Por el contrario, los ciervos solo representaban el 7 % de la alimentación tal como documentaron los científicos a partir de los excrementos de los animales. Esto demuestra la gran capacidad de los lobos para adaptarse a una nueva forma de alimentarse cuando las condiciones son extremas.

«La capacidad de los lobos para cambiar su dieta de presas terrestres a presas marinas demuestra lo resilientes que pueden ser», afirma el investigador.

Eso sí, no todo es positivo, ya que los investigadores están estudiando los posibles efectos de la carne de nutria en los lobos. A falta de nuevos avances, a día de hoy la manada continúa viva, ya que recientemente se han encontrado rastros de cachorros. Esto fue posible gracias a los collares GPS que utilizaron los científicos para monitorear los movimientos de la manada.

El caso de la isla Pleasant no es único. En los últimos años se ha puesto de manifiesto cómo este animal se ha acostumbrado a alimentarse de nutrias marinas ante la falta de otro alimento. Esta conducta es un ejemplo notable de la flexibilidad de los lobos para adaptarse a cambios en su entorno y a la disponibilidad de presas, cambiando su dieta para sobrevivir.