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26 de abril de 2024

Jokin llora tras su eliminación

Jokin llora tras su eliminaciónTVE

MasterChef 10

Jokin se va de 'MasterChef' con una novia y una oferta laboral de un chef Michelin

El vasco tuvo tres oportunidades para evitar el adiós, pero le pudieron los nervios. Verónica entregó su pin de la inmunidad y María Lo sufrió como nunca

Acudió a MasterChef para empezar a labrar su sueño, que es vivir de sus creaciones culinarias, y se marchó anoche tras haberse doctorado en castellano y en amor, y con una oferta laboral en el bolsillo de su pantalón vaquero. Cayó en la décima gala Jokin (Guipúzcoa, 30 años), víctima de un pulpo ideado por Dabiz Muñoz.
Antes de vestirse el delantal de MasterChef, este vasco estaba soltero y llevaba la contabilidad de la empresa familiar. En el programa ha encontrado novia –la también aspirante Eva, con la que sigue a día de hoy– y un nuevo futuro: «Si tu sueño es ser cocinero, y quieres que en tu familia estén contentos y orgullosos, te juro que si yo te puedo ayudar serás un gran cocinero. Te espero en la que tú quieras de mis casas y yo mismo me voy a ocupar de que brilles en la cocina y de que en tu casa estén contentos», le dijo Jordi Cruz a modo de despedida.
Así que solo se ha acabado su formación en la tele, que ha sido muy completa pues no solo aprendió de cocina. «Yo todos los días hablo en vasco, mi día a día es en vasco. Entonces, estoy haciendo ahora un doctorado de cocina y un doctorado de castellano», dijo a los pocos días de llegar al programa, en el que ha resistido hasta el programa diez.

Cocina en familia

La primera prueba consistió en elaborar una versión actualizada del plato favorito de uno de sus parientes. En juego había un delantal dorado, que garantizaba la inmunidad durante toda la gala de anoche.
Adrián, el expresidiario bilbaíno de 28 años, recibió la visita de su madre, Mari Luz. Elaboraron un cordero guisadito con una espuma de patata y un vino reducido. «El guiso es lo mejor del plato. La modernización la veo justita», juzgó Jordi Cruz.
Emocionó ver en el plató a Enrique, el padre de David (Madrid, 38), que sufre un cáncer incurable. Llegó junto a Leo, el hijo de 6 años de este exactor porno y exdrogadicto (consumidor desde los 17) que ha logrado rehabilitarse. Modernizó los callos con garbanzos, lengua y carrillera de su abuela. El crío no entendía el motivo por el que ya no lo ve todos los días… Y le pidió que volviese a casa. Por momentos, David pensó que no podría acabar, pero vaya si lo hizo.
Verónica, la publicista salmantina de 26 años, aparcó su habitual frialdad para besar a Jaime, con el que lleva desde los 16. Hicieron una parmigiana de berenjenas, un plato de Jordi Cruz que ella le cocina mucho a él. «No se parece a una parmigiana», sentenció el chef catalán.
Verónica recibió la visita de su novio, Jaime

Verónica recibió la visita de su novio, JaimeTVE

Claudia, administrativa gerundense de 28 años, trabajó junto a su padre Joan. Hizo un steak tartar con un aire de curtido de piparra. Le quedó soso.
María Lo (Chiclana de la Frontera, 32 años) cocinó un guiso de verduras con alcachofas y guisantes con Juana, su madre. «Está bueno porque está liviano y está suave», elogiaron los chefs.
La administrativa Patricia (Barcelona, 32) elaboró con la ayuda de su madre un arroz negro con alioli en espuma. Le quedó al dente.
Jokin cocinó junto a su madre unas patatas nuevas con guisantes. Se trataba de un homenaje a su abuela Agustina. «Podía estar bueno, pero no lo está», sentenció Jordi Cruz.
No solo los chefs valoraron los platos: también lo hicieron, desde el anonimato, inspectores de los soles Repsol, que eligieron los callos malagueños de David como el mejor plato, seguido del guiso de María Lo. Verónica y Claudia presentaron las peores propuestas.

Reto de exteriores

La escuela de cocina profesional de Paco Roncero (MOM Culinary Institute) fue el escenario de la prueba de exteriores. Y los profesores que allí trabajan ejercieron los comensales.
El conjunto rojo lo integraron David (capitán), Patricia y Adrián. Cocinaron un muy buen primero (salmonete relleno de alcachofas y langostinos sobre su jugo con espuma de patata) y un postre (tatín de manzana con bizcocho de remolacha y helado de torta del Casar) que apenas evocaba el original que tenía que replicar. El capitán, en racha, también fue elegido como el mejor de esta segunda prueba.
El equipo azul lo formaron Verónica (capitana), María Lo, Claudia y Jokin. Tuvieron que elaborar el entrante (una sopa de cebolla dulce con crujiente de parmesano), que tenía nada menos que diez elaboraciones, y el segundo (tuna Wellington). A los diez minutos, la chiclanera de padre chino supo que aquello no iban bien. Su intuición resultó ser cierta. Se retrasaron con el entrante y los chefs decidieron que la comida se abriría con el salmonete de la escuadra rival. El segundo ni lo pudieron presentar. «Asumo mi responsabilidad», dijo la publicista, antes de pedir disculpas a los comensales y a sus compañeros. Evidentemente, su equipo perdió.
Verónica llora ante las críticas de los chefs

Verónica llora ante las críticas de los chefs tras la prueba de exterioresTVE

Prueba de eliminación

De regreso al plató, los aspirantes liberaron tensiones bailando en las cocinas de MasterChef un tema de los venezolanos Mau y Ricky.
Después, los delantales negros (Verónica, María Lo, Claudia y Jokin) se enfrentaron en una de las pruebas míticas del programa, los duelos. Un aspirante seleccionó una campana y, tras ver el plato a reproducir, escogió un compañero para batirse en duelo. El perdedor tenía que descubrir una nueva campana y elegir otro adversario. David, el mejor de la prueba anterior, decidió que su amigo Jokin fuese el que tuviese más posibilidades de salvación. Y el vasco eligió como primer rival a Claudia, a priori la aspirante más floja.
Los platos llevaron la firma del chef Dabiz Muñoz (3 soles Repsol), que presentó tres propuestas con raviolis: «Caserío Vasco», El conejo y la zanahoria 2007/2022» y «Pulpo a la galega que fala tai».
Claudia cocinó tranquila. Jokin, muy nervioso. El duelo estuvo muy igualado, pero ella ganó a los puntos. «El bocado era ligeramente más gustoso, y de textura ligeramente más agradable», dijo Muñoz del plato de la catalana.
La segunda rival del vasco fue Verónica, quien quedó contenta con su propuesta pero decidió no arriesgarse y entregar el pin de la inmunidad, su pequeño tesoro (Patricia la apoda «Gollum» por su empeño en mantenerlo). No habría perdido, porque Jokin, de nuevo nervioso, se había hecho un lío y su plato era incomible.
Así que la expulsión quedó entre Jokin y María Lo, quien sufrió como nunca porque ella, favorita como es, no se había visto aún en una una situación tan límite. La andaluza bordó la masa, que al vasco le quedó chiclosa y dura. Ahí selló el chico de Eva su billete de salida. No se lleva mal botín: una novia, un «hermano» (David) y una oferta de trabajo de un cocinero que tiene seis estrellas Michelin.
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