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17 de mayo de 2024

José Mota, en un momento de su entrevista en la redacción de El Debate

José Mota, en un momento de su entrevista en la redacción de El DebateThorun Piñeiro

Entrevista

José Mota: «Santiago Segura ha salvado la papeleta a mucha gente del cine y no se lo han reconocido»

El humorista y actor, con dos películas en cartel (De Caperucita a loba y El hotel de los líos 2), visita la redacción de El Debate

Cuando uno tiene claro de dónde viene, es más fácil saber a dónde va. José Mota procede de Montiel. De Ciudad Real. De La Mancha, siempre presente en un humor que luce desde hace casi 35 años en la pantalla –en la pequeña y en la grande– y que muestra también fuera de ella. Pero, más allá del origen geográfico, José Mota proviene, asimismo, de los grandes humoristas españoles que le han precedido. Los que, como él, alcanzaron el éxito, pero también quienes no llegaron tan arriba y a los que Mota tiene muy presentes en su vida. En su trabajo. Y en esta conversación con El Debate sobre la televisión, el humor y el cine por la que asoma ese gran amigo –‘amiguete’– que lo arriesgó todo para rescatar a la industria en plena pandemia. Aunque no se lo hayan reconocido como merece.
–Tiene dos películas en cartel, El hotel de los líos 2 y De Caperucita a loba, escrita y protagonizada por Marta González de Vega. Háblenos primero de esta última…
–Marta es una maestra absoluta en el arte del diálogo, en escribir comedia. Cuando tienes un proyecto que te mueve, lo lees y te gusta, no es demasiado difícil volcarte. Todos estuvimos muy ilusionados con la película porque ya conocíamos de antemano el proyecto en teatro y anteriormente que era libro. Y eso te hace ir al rodaje confiando plenamente.
–¿Qué le producía más inquietud al afrontar su personaje en De Caperucita a loba?
–Me tocó el papel del bueno, del transparente. Mi personaje viene a pagar los platos rotos de sus encuentros y de sus equívocos. Tenía bien claro el personaje, que se movía en unas aguas de cierta ternura y emotividad y me sentí muy cómodo desde el primer momento.
–Marta González de Vega es la guionista con más éxitos de taquilla en España en los últimos años. Hábleme de ella…
–Es una persona que lleva muchísimo tiempo escribiendo y dando también éxito a la comedia española. Marta y Santiago Segura han conseguido hacer las películas más taquilleras del cine español en estos cinco últimos años. Es muy notable el trabajo de Marta y bien. Apoyo mucho el que haya querido llevar su sueño al cine. Ella tenía muchísimas ganas de proyectar este trabajo en el cine y protagonizarla ella. Olé por ella. Es una persona tan bien habitada, tan llena de emociones y afectos, que es súper fácil trabajar con ella. Recuerdo que la conocí en un rodaje en Sin rodeos, la película que dirigió Santiago Segura con Maribel Verdú, y al poco tiempo parecía que la conocía de toda la vida. Es una persona muy abrazable, muy querible.
–La comedia es algo muy serio, pero más aún cuando las comedias familiares de Santiago Segura han sostenido a la industria del cine en estos años difíciles, con la pandemia.
–Santiago (Segura) y Marta (González de Vega) son los que han empujado este motor. Santiago, con la valentía de, en plena pandemia, estrenar la película y llegar a un nivel de recaudación asombroso. Eso es de agradecer. De un grado de generosidad por parte de Santiago enorme, porque él podría haber esperado y haber dicho ‘yo la tengo rodada’. Había muchos distribuidores y salas de exhibición que estaban pidiendo la mano tendida de Santiago y decir ‘oye, échanos una mano, porque no estamos recaudando nada’. Creo que salvó la papeleta a mucha, mucha gente en ese sentido y eso es de aplaudir por parte de Santiago. Me parece que hizo un ejercicio de valentía muy interesante.
–¿Recuerda alguna conversación especial con Santiago Segura en aquel momento?
–Sí, recuerdo que me llamó y me dijo ‘amiguete, tú qué harías?’. Y yo le dije ‘si fuera tú, quizá esperaría. Me parece una locura enfrentarte a esto, no sabes cómo te puede ir…’. Pero él lo tenía muy claro y tiró para delante. Me quito el sombrero con lo que hizo. Fue un gesto muy valiente y muy generoso.
–¿Cree que ese gesto se le ha reconocido como merece?
–No. Recuerdo que él comentó conmigo ‘hay un montón de salas de exhibición, distribuidoras, que me están pidiendo que estrene, pero otra gente me dice que espere…’. Es que era todo muy incierto. Lo difícil es decir 'voy adelante'. Él demostró ahí un compromiso con su trabajo y con el resto de la gente que se dedica a este noble oficio, que es el cine, muy alto. Y no creo que se le haya reconocido lo suficiente.
José Mota, en un momento de su entrevista en la redacción de El Debate

José Mota tiene dos películas en cartel: De Caperucita a loba y El hotel de los líos 2Thorun Piñeiro

–Usted llegó al cine después de una importante trayectoria en la televisión. ¿Cómo le acogió el resto de la profesión? Ya ha sumado unas cuantas películas…
–Lo mío fue paulatino. Hice La chispa de la vida. Y tuve la suerte de que me nominaran al Goya como mejor actor revelación. Luego ocurrió en mi vida también otro milagro que fue Abracadabra, con Pablo Berger, y tuve la suerte de que me volviesen a nominar al Goya como mejor actor de reparto. Y luego diferentes peliculitas que han ido de alguna manera acostumbrando un poquito a la retina del público a verme también en el cine. Y en eso estoy, con pico y pala, intentando hacer mi propio sitio, como todos en realidad, intentando hacernos un hueco en este difícil pero maravilloso lugar que es la comedia y el cine.
–Además de De Caperucita a loba, su otra película en cartel, El hotel de los líos 2, también está funcionando en la taquilla...
–Es verdad que El hotel de los líos 2 está funcionando muy bien, va a recaudar tres veces más que la primera. Y eso que Super Mario Bros. ha entrado rompiendo la taquilla y no puedes con esos transatlánticos. Pero estamos muy contentos, la verdad.
–¿Imaginaba cuando empezó con Juan Muñoz en Cruz y Raya todo el camino que vendría después?
–La ingenuidad siempre es atrevida, siempre imaginas cosas porque la mente es un caballo desbocado. Lo que siempre pedí o lo que me ocupó más era no perder la ilusión en mi trabajo, por seguir siendo contando historias allá donde esté. ¿Estamos haciendo programas de humor? Toca alegrar. ¿Estamos rodando alguna película de comedia? Toca alegrar. Somos contadores de historias. Lo más importante para mí es no perder la ilusión, la pasión por tu trabajo. Cuando te quedas sin gasolina y dices 'no me excita mi trabajo', eso es lo preocupante. Y eso, gracias a Dios, no ha pasado.
–En sus programas ha contado con humoristas que no han tenido un éxito como el suyo y que incluso habían caído en el olvido. Deben de sentirse tremendamente agradecidos con usted…
–Mi relación con ellos es maravillosa porque yo siento un grandísimo cariño por toda la gente que se dedica a hacer comedia. Gente que cuando yo llegaba a Madrid, como Tony Antonio o Félix el Gato, estaba en salas de fiesta alegrando la vida a la gente y yo iba a verles y entonces soñaba. También veía a los más conocidos y que han tenido carreras de muchísimo brillo y muchísimo éxito, como Martes y Trece, Los Morancos y otros más. Pero luego ha habido gente menos popular por la que siento una afecto inmenso porque llevan toda la vida y son grandísimos profesionales. Trato siempre de conservar el contacto porque eso también te hace no perder el hilo de donde vienes y todo lo que ha acontecido. He mencionado esos, pero también tengo una muy buena relación con Fernando Esteso, Andrés Pajares, Josema y Millán, Los Morancos… Me gusta mantener el contacto porque es una familia que hay que conservar. Son referentes y gente que forma parte de tu vida.
–Me cuesta pensar quiénes pueden ser los Martes y Trece, Cruz y Raya o Los Morancos del futuro…
–Ha venido una nueva hornada de cómicos maravillosa. Lo que pasa es que las maneras en las que se está comunicando la comedia han cambiado. Yo creo que los fondos siguen siendo los mismos. El humor son miserias, ruindades humanas, virtudes cambiadas de lugar... El fondo de armario es el mismo. Lo que cambia son las puertas de fuera, la manera en que accedemos a ese armario. Ha venido una nueva hornada de cómicos muy importantes, como Ignatius, por ejemplo, y otros muchos que del Club de la Comedia, con propuestas nuevas, y que me parece que son tan grandes como los que han estado.
José Mota tiene actualmente dos películas en las salas de cine: De Caperucita a loba y El hotel de los líos 2

José Mota, en un momento de su charla en El DebateThorun Piñeiro

–¿Qué le hace gracia en la televisión? ¿Qué busca cuando llega a casa?
–Tengo muy poco tiempo para consumir televisión. Y soy un enfermo del cine. Le voy a hacer una confesión: en esta pandemia me he acercado un montón al cine que se hacía en los años 30 y 40 en Hollywood. Cine en blanco y negro que me apasiona. He descubierto películas como El manantial. Te das cuenta de que es muy enriquecedor echar la vista atrás porque hay un legado cultural, cinematográfico, que nos han dejado nuestros mayores y que si tú lo ves y lo conoces, te hace más grande. Creo que empobrece no echar la vista atrás y no ver a Berlanga y a tanta gente buena. No hace falta irse fuera al cine de Hollywood. Aquí ha habido un cine en los años 40 y 50 maravilloso. Estamos obligados, la gente que amamos el cine y amamos las historias, a conocer ese gran legado. Es como el humor. Cómo no vamos a conocer antes de todos los grandes que hemos mencionado antes. A los Tono, Mihura, Enrique Jardiel Poncela, Edgar Neville, Herreros, que fueron la otra generación del 27, que pusieron el humor en lo más alto. El humor era gente que abrazaba la literatura con muchísima intensidad y que llegaron y dijeron: ‘ vamos a poner la comedia en la marquesina de lo verdaderamente importante’. Eso es patrimonio cultural de este país. Ha habido gente muy grande. De hecho, como sabe, algunos de ellos estuvieron en Hollywood y se dedicaban a adaptar guiones de películas que se hacían allí conservando los mismos decorados.
–¿Ha visto Todo a la vez en todas partes, la película que ha ganado siete Oscar?
–Empecé a verla y le soy sincero: me produjo demasiado ruido visual y dejé de verla. Le daré otra oportunidad, porque cuando la gente habla tanto de ella. Quiero verla entera para tener un juicio de valor preciso. Pero es verdad que me dio un poquito de pereza. Le soy sincero.
–¿Cuáles son sus películas favoritas?
El verdugo, de Berlanga. Me parece un peliculón. Almodóvar ha hecho cosas maravillosas: Todo sobre mi madre, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Matador... Ben-Hur es un peliculón. El sirviente, que es una película que vi de pequeño y me cautivó. Mire, vengo del homenaje que se le acaba de dar a a Garci por el 40º aniversario de la entrega del Oscar por Volver a empezar y hablaba de John Ford. Garci es una enciclopedia. He tenido la suerte de cenar con él alguna noche y es un tío súper generoso que comparte su sabiduría.
–Otra figura clave de nuestro cine que no ha sido reconocida como merece.
–Para mí, es uno de los grandes, sin duda ninguna. No olvidemos que además está nominado al Oscar cuatro veces. Por algo será.
–Lleva muchos años trabajando en TVE. ¿En qué ha cambiado la casa en este tiempo?
–Tengo la suerte de que en TVE siempre me he sentido con plena libertad. De hecho, yo presento los guiones, pero por por motivos de preproducción, para preparar cosas. Jamás he sentido veto en TVE. Ninguno. Yo he hecho lo que me ha parecido oportuno, y no he hecho lo que no me ha parecido oportuno. Pero he trabajado con plena libertad en TVE. Lo tengo que decir bien alto. Y sigo trabajando.
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