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Teresa Díez y Alfonso Basallo, autores del libro Diez mujeres de cine

Teresa Díez y Alfonso Basallo, autores del libro Diez mujeres de cineEditorial Didaskalos

Entrevista

«En las películas de Clint Eastwood, bajo la máscara de Harry el Sucio se esconde un caballero»

Alfonso Basallo y Teresa Díez son los autores de Diez mujeres de cine, un lúcido y recomendable ensayo que, a través de 10 películas emblemáticas, muestra la mirada del séptimo arte a la mujer

Para su nuevo y preciso libro, el ensayo Diez mujeres de cine (editorial Didaskalos), el matrimonio formado por Alfonso Basallo y Teresa Díez ha elegido 10 películas de diferentes épocas y géneros que ponen el foco, desde distintos ángulos y objetivos, en la mujer y su relación con el hombre. Incluso, aunque la figura femenina esté presente desde la ausencia, tal y como ocurre en Gran Torino, el filme en el que Clint Eastwood interpreta, como ya había encarnado con singular brillantez en esa imperecedera obra maestra que es Sin perdón, a un hombre viudo.

Teresa Díez, licenciada en Geografía, escritora y especializada en filosofía personalista, y Alfonso Basallo, doctor en Comunicación, escritor y periodista con una prestigiosa trayectoria en los medios de comunicación, llevan 38 años juntos y son padres de siete hijos. Ahora, tras el éxito de sus libros Pijama para dos y Manzana para dos, vuelven a demostrarnos con Diez mujeres de cine, que han escrito al alimón, que «el matrimonio no solo no es misión imposible, sino que puede ser una máquina de producir felicidad».

–¿Qué propósito se marcaron con 'Diez mujeres de cine'?

–Hacer retratos de mujer en distintas situaciones: la jungla laboral, el matrimonio, la maternidad, la conciliación, la relación con el hombre, la guerra de sexos, etc. a través de diez películas emblemáticas: Tú y yo, Caravana de mujeres, El diablo viste de Prada, La hija de Ryan, Revolutionary Road, Thelma & Louise, Gran Torino, Las nieves del Kilimanjaro, Solas y Cinco lobitos.

La mujer, por definición, siempre está vuelta o referida al hombre, igual que «la mano derecha está vuelta y relacionada con la izquierda» como decía el filósofo Julián Marías. Subrayando que somos diferentes, en contra del mantra ideológico de la igualdad, y que es posible construir la unidad en la diferencia. Eso es, en esencia, el matrimonio.

Diez mujeres de cine, el nuevo libro de Alfonso Basallo y Teresa Díez

Diez mujeres de cine, el nuevo libro de Alfonso Basallo y Teresa DíezEditorial Didaskalos

Ustedes escriben libros al alimón, como matrimonio.

–Es el tercero que escribimos juntos. Los anteriores fueron Pijama para dos y Manzana para dos, que demostraban, en contra del tópico actual, que el matrimonio no solo no es misión imposible, sino que puede ser una máquina de producir felicidad. Claro que para ello es necesario conocer las leyes de la entrega. En Diez mujeres de cine le damos otra vuelta a través de películas.

Por ejemplo...

–En Revolutionary Road abordamos la incomunicación, que arruina la relación de la pareja protagonista (Leonardo DiCaprio y Kate Winslet), por eso lo titulamos No es bueno que el hombre esté sordo; en La hija de Ryan, el clásico de David Lean, la trampa del emotivismo o del romanticismo; o en un western como Caravana de mujeres, lo decisivo que es la elección de pareja, y la capacidad de la mujer para convertir el desierto en un vergel.

Hablan también del machismo y de la guerra de sexos.

–Denunciamos el machismo a través de Solas, de Benito Zambrano; y Thelma & Louise, de Ridley Scott. Pero la solución no es ir al extremo del péndulo: el feminismo que demoniza al varón. La solución es el respeto, la consideración, aceptar al otro. La revancha feminista no conduce a ninguna parte, como plasma literalmente el desenlace de Thelma & Louise.

Si el proceso que han seguido para debatir y escribir 'Diez mujeres de cine' se llevase al cine, ¿a qué película se parecería?

–Pues a uno de los filmes que tratamos en el libro: Las nieves del Kilimanjaro, de Robert Guédiguian, por la complicidad que tenemos. Llevamos 38 años juntos y eso se nota. Aunque tengo la impresión –habla Teresa– de que nos conocemos desde toda la eternidad.

¿Cuánto tiempo les llevó decidir la lista de películas?

–Poco tiempo, porque los dos estábamos bastante de acuerdo. La pena ha sido dejar fuera a otras tan buenas como Ninotchka, Las noches de Cabiria, La edad de la inocencia, El festín de Babette o Roma.

¿Cómo trata el cine actual a la mujer en comparación con el cine de otras épocas? ¿Lo hace con demasiada condescendencia, de forma artificial por la corrección política y la presión social, o le concede protagonismo de forma natural?

–Simplificando un poco hay dos corrientes: una es, efectivamente, la de la corrección política que resulta artificial, porque masculiniza a la mujer en su lucha por competir con el hombre. Y otra, que refleja el ser femenino con sus cualidades, sus conquistas, sus inseguridades, sin reduccionismos, con toda su complejidad. Es el caso de Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa, sobre una madre primeriza, una joya del reciente cine español.

Luego están esas mujeres antiguas de las que nadie habla, nada que ver con las superwomen actuales. Nuestras abuelas, tías etc. heroínas del pañal y de la sartén, que no se daban importancia, que lo hacían todo con tanta discreción que ni nos enterábamos, representadas por María Galiana en Solas, una mujer casi analfabeta que posee esa sabiduría paradójica de las madres de toda la vida y su «capacidad de fingir, sufrir y amar» como se dice en Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.

Me ha gustado especialmente el capítulo dedicado a 'Gran Torino' y la referencias a 'Sin perdón', también con la influencia de la mujer ausente. ¿Es Clint Eastwood, pese a lo que pueda parecer por el género de muchas de sus películas, uno de los directores que ha mostrado más sensibilidad por la mujer?

–Sin duda. Bajo la máscara de Harry el Sucio, que perdura en sus personajes violentos y malhablados, se esconde en varias de sus películas un caballero, como demuestran filmes como El intercambio (a través del personaje de John Malkovich), Sin perdón y Gran Torino por ejemplo. Este último caso refleja esa idea que ya está en el Mío Cid o en Dante: el amor más fuerte que la muerte. La figura de su esposa fallecida, que no aparece en todo el filme, es el motor de la actitud de ese obrero jubilado y cascarrabias que le debe todo a su dama. Por eso lo hemos titulado Señora de rojo sobre fondo gris.

–¿Qué películas nos pueden ayudar a curar la sordera en los matrimonios?

–Nos gusta mucho La costilla de Adán, en el que los protagonistas Spencer Tracy y Katharine Hepburn discuten mucho –pero no están sordos– y sobre todo se complementan, a pesar de la diferencia, o precisamente gracias a la diferencia. En La edad de la inocencia, Daniel Day-Lewis y Wynona Ryder se comunican sin palabras.

John Krasinski se ganó a Emily Blunt, entre otras cosas, por haber visto 75 veces El diablo viste de Prada antes de conocerse. ¿Qué película elegirían para conquistar a una pareja y qué otra película escogerían para superar un momento de crisis en un matrimonio?

–Nosotros nos conquistamos (y nos seguimos reconquistando) con Único testigo, Shall we dance, El hombre tranquilo, El apartamento... Y para superar una crisis, no recomendamos ir al cine sino al sofá para hablar con sinceridad hasta solucionar la crisis. Pero en caso de elegir película, la mejor es Amanecer, de Murnau, una maravilla, aunque sea muda o precisamente porque es muda.

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