
Chris Sullivan y Lucy Liu en Presence, que se estrena este viernes 7 de marzo en los cines
Crítica de cine
'Presence', la nueva película de Soderbergh: un fantasma que solo busca proteger y servir
Steven Soderbergh dirige un drama familiar sobre la trascendencia
Rebekah (Lucy Liu) y su marido Chris (Chris Sullivan) se trasladan con sus hijos Chloe y Tyler a una nueva casa. Chloe (Callina Liang) necesita cambiar de aires tras el trauma vivido por la muerte en extrañas circunstancias de dos amigas suyas. Chloe empieza a percibir una presencia misteriosa en la casa. Todos piensan que está trastornada. Sin embargo, su padre, un positivista que había abandonado hacía mucho la religiosidad en la que le educó su madre, decide creer en Chloe cuando empiezan a suceder sucesos paranormales.
El aclamado director norteamericano Steven Soderbergh, conocido por títulos tan populares como Erin Brockovich, Traffic, Ocean's Eleven o el remake de Solaris, se mete en un nuevo berenjenal con un género poco trabajado por él, en la que es su película número 35. Presence es una película que, por su temática, debería considerarse de terror. Sin embargo no está pensada para generar miedo en el espectador. En realidad, el guion de David Koepp, aunque esté protagonizado por un fantasma, nos sirve un drama familiar y una reflexión sobre la trascendencia. La cinta nos habla de los vínculos, del duelo y de la conveniencia de ser abiertos de mente. Chris quiere mantener a su familia unida a pesar de que sabe que su mujer está poniendo en peligro su matrimonio. Trata de educar a sus hijos y siente un vínculo especial con Chloe, mientras que el superficial Tyler (Eddy Maday) es el ojito derecho de su madre. Las circunstancias pondrán a prueba el amor a su familia.
El arco de transformación de Chris le lleva a abandonar su positivismo materialista para abrirse al mundo espiritual, el misterio de lo inefable, lo trascendente. De su parte está Lisa (Natalie Woolams-Torres), una médium que trata de ayudarles a cambio de dinero. En el polo opuesto está Tyler, que se niega a dar crédito a su hermana, a la que trata de loca delirante.
Presence es también un interesante ejercicio formal. Toda la historia se nos cuenta desde la perspectiva del espíritu o fantasma que habita la casa, y ello obliga a que todo el film sea un encadenamiento de planos-secuencia, por cierto rodados con una steady provista de óptica gran angular. Ese fantasma, llevando la contraria a casi todos los poltergeists de la historia del cine, busca el bien de la familia y tratará de protegerla a su manera. Es pudoroso y le violenta asistir a los momentos íntimos de los miembros de la familia. Sorprendentemente este anónimo personaje invisible no es el antagonista de la trama, sino que el verdadero villano es Ryan (West Mulholland), el amigo malote de Tyler.Toda la película transcurre en el interior de la casa, ubicada en Nueva Jersey, y solo vemos lo que ocurre fuera cuando el fantasmal protagonista mira a través de las ventanas. La precisa y discreta partitura de Zack Ryan contribuye a crear la atmósfera que busca Soderbergh. La fotografía y el montaje están a cargo del propio Soderbergh, acreditado con seudónimo, así que podemos afirmar que estamos ante un auténtico cine de autor. La película se estrenó en el pasado Festival de Sundance.